22.Una única oportunidad más Agrester

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Alya 

Era hacia el atardecer, el cielo estaba lleno de colores pasteles que anunciaban el fin del día. Estaba paseando junto a Nino. Hoy era nuestra primera cita. Habíamos quedado a las 4 de la tarde y desde esa hora no nos habíamos separado. Fuimos a comer helado, de pistacho y de vainilla, después fuimos a los recreativos y nos pasamos ahí casi toda la tarde. Ahora ya eran las 8:17 de la tarde, y mi madre no me había dejado más tiempo ya que al día siguiente teníamos examen. Mientras andábamos, Nino acaricio con sus dedos los míos fríos por la suave brisa, y casi sin pensarlo yo hice lo mismo. El me miró a los ojos, con un leve rubor en las mejillas, casi igual que el mío, salvó que el mío era un poco más intenso, pero por suerte se camuflaba entre mis rizos castaños. Después de eso acabo de juntar nuestras manos tomando la mía, y yo, entrelace nuestros dedos acariciando su mano con mi pulgar.

Mientras paseábamos vi un cabello anaranjado como el cielo en ese momento y otro como el color Del Río junto al que paseábamos. Me asome un poco para ver mejor y acabe viendo a Marinette y a Nathaniel juntos, muy juntos. Parecía que en cualquier momento acabarían besándose, pero yo no iba a estar ahí para espiar la vida de mi amiga. Aparte de Adrien, sabía que había alguien más que estaba poniendo el corazón de Marinette patas arriba, solo que no pensé que ese alguien sería Nathaniel. Pensé en acercarme a ella para hablar, para que me contara y poder entrometerme en lo que decía, pero teniendo en cuenta nuestras situaciones (ambas estábamos en citas) preferí no entrometerme hasta el día siguiente.

Seguimos caminando en dirección a mi casa tomados de la mano hasta que a lo lejos vimos a Adrien con la mirada enloquecida mirando a todos lados. Parecía estar buscando algo desesperadamente. Nino y yo separamos rápidamente nuestras manos sonrojados y nos acercamos a el. Nino sonriendo empezó hablar con el, hasta que algo llamo mi atención. "Qué haces por aquí bro?" Pregunto Nino. "Bueno... la verdad es que me encontraba buscando a Marinette, ¿por casualidad no la habréis visto...?" Pregunto con la voz dudosa. Varios momentos dude en si contarle o no sobre el paradero de Marinette y Nathaniel.

Recordaba claramente la noche que pase hablando con Marinette sobre lo estúpido que era Adrien y que en verdad no la quería ni nada ya que había besado a Lady Bug y Marinette casualmente lo vio, pero lo que también recordaba como pocos días después ambos estaban en las ferias juntos y felices. Suspire suavemente y mire a Nino esperando a que ver qué contestaba, decidí no decir ni que si no que no. Así que solo me quede callada observando que pasaría. "Bueno, creo que antes mientras paseábamos vi algo de color azabache. Solo que no sé si era el río o pelo de Marinette" dijo Nino con una inocente y confundida sonrisa. Reí un poco al ver la cara de confusión de Adrien y cuando el me miro rápidamente aparte la mirada haciendo ver que no reía. "Bueno, muchas gracias. Creo que iré a investigar... que Marinette no se haya fusionado con el rio... jeje" dijo entre pausas y con una sonrisa confunda. Rápidamente agitó su pelo para atrás y salió corriendo mientras se despedía saludando con la mano.

Adrien

En cuanto me despedí de Nino y Alya salí corriendo en dirección de donde provenían ambos amigos. Aquella tarde no había ido a espiar a Marinette, quería disculparme, contarle quien era, resolver nuestras dudas y declararme como dios manda. Me había comportado como un estúpido dañando continuamente el corazón de Marinette, y la única oportunidad que tenía era antes de la cita de esta tarde.

Mientras corría pude divisar a lo lejos el azabache color de pelo de Marinette, y aunque estuviera cansado empecé a correr más rápido. Una vez llegue a donde se encontraban Marinette y Nathaniel me apoyé en mis rodillas retomando el aire antes de poder dirigirles la palabra. Pero cuando levante la mirada hacia ellos mi corazón dio un vuelco, mis ojos se abrieron más de lo que parecía posible y mis puños se cerraron conteniendo mi ira. Marinette y ese tomate se estaban besando. El había osado poner sus manos en las rojas mejillas de mi amada acercándola más y cuando se separaron no pensó otra cosa mejor que poner su oscuro pelo tras las orejas. El movió los labios en un susurro, pero al estar tan lejos no entendí nada, así que decidido me acerqué.

En pocos segundos me encontraba frente a ellos, había dado largas zancadas lo que me permitió avanzar más rápido. Ellos me miraron sorprendidos y Marinette rápidamente bajo la mirada, parecía una niña pequeña a la que acababan de pillar haciendo algo malo, en cambio Nathaniel me miro con miedo, pero aún así parecía estar feliz, demasiado feliz, sus mejillas estaban algo rojas al igual que las de Marinette y en sus labios se notaba una pequeña sonrisa boba, parecía haber tocado el cielo. Por unos escasos segundos me retracté. ¿Quien era yo para intervenir en esa pareja? ¿Quien era yo para merecer su amor después de todo lo que le había hecho a Marinette? ¿Quien era yo para Marinette?

Apreté mis puños indignados conmigo mismo, decidido a dar media vuelta e irme por donde había venido. Pero algo me lo impedía, si Marinette estaba totalmente de acuerdo con ese beso y me había olvidado totalmente, ¿porque en sus ojos había esa mirada de cierto arrepentimiento? Ella aún no había levantado la mirada para mirarme, cosa que me hizo dudar más. Mire a Nathaniel y después la miré a ella. Me agache y tome el mentón de Marine haciendo que me mira a los ojos.

Se notaba, ella estaba como yo. Confundida, pero al mismo tiempo sentía algo en el interior, un sentimiento que no dejaba que nos separásemos. Suspire y sin poder evitarlo tome su muñeca ayudándola a levantarse. Ella y su acompañante me miraron sorprendidos y confundidos "A-Adrien suéltame..." replicó ante mi agarre. Nathaniel también se levantó como el caballero que rescataba a la princesa del dragón, pero antes de que la tocara a ella o a mi me aparte rápidamente. "Lo siento Nathaniel, pero esto es una cosa entre Marinette y yo, y no te la entregare hasta que estén las cosas totalmente claras entre nosotros" sentencié mientras cargaba a Marinette como un saco de patatas y empezaba a correr en dirección opuesta a Nathaniel.

Una vez estuvimos lo suficientemente alejados de Nathaniel empecé a caminar normal, o casi normal, había una cosa no muy común, que obviamente era... "¡¡Adrien!! Bájame de una vez ¿Por que has hecho esto? ¿Que te importa lo que haga con mi vida...?"dijo enfadada Marinette, mientras que lo ultimo lo susurraba con pesar. La dejé en el suelo y la miré a los ojos. Ella aguantó mi mirada intensamente, así que al final acabe suspirando y agachando por unos breves segundos mi cabeza "Me importa Marinette, me importa mucho. Y no voy a dejar que mis tonterías o las de ChatNoir arruinen lo que más espero tener contigo. Una relación..." dije mientras miraba a sus ojos tristemente. Ella me miro sorprendida, confundida y suspiro. "Mira, no se de que demonios hablas de ChatNoir, solo se que ambos os habéis dedicado hacerme la vida un lío y dar varios vuelcos a mi corazón. Pero te daré una oportunidad, solo porque... yo también ansío eso, una relación... contigo... o con el... no entiendo nada... y por eso quiero explicaciones. Así que aprovecha, Adrien Agrester" dijo mientras me miraba desconfiada y seriamente. "Tranquila My Lady, haré lo posible para que me entiendas y que te quedes a mi lado..." dije en un susurro mientras tomaba su mano con una suave sonrisa en mi rostro y empezaba a subir las escaleras De la Torre Eiffel.

Un suceso inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora