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Ha pasado una hora.

Deaton ya está aquí.

Stiles no puede quedarse quieto. Camina por el pasillo fuera de su habitación de arriba abajo, arriba abajo, deteniéndose de vez en cuando para escuchar a través de la puerta.

Algunas veces escucha voces, otras no.

Algunas veces el chico está lucido, otras no.

Sus quemaduras son graves. Melissa intenta tratarlas, pero no hay mucho que pueda hacer. Nunca ha visto quemaduras de este tipo. Stiles la escucha decirle a Deaton con voz insegura que, cuando ella levantó una de las compresas húmedas, chispas azules brillaron desde la herida.

Lo están quemado por dentro, le dice Deaton. Es magia poderosa creada para dañar a un mago poderoso. Ha logrado que su propia chispa se vuelva contra él. Está forzando a su magia a mantener la ignición del fuego y continuar así. Deaton puede darle algo para el dolor, pero no hay nada más que pueda hacer por él.

Nadie ha dejado la casa.

La manada de Derek y los amigos de Stiles siguen en el primer piso, hablando en voz baja entre ellos en ocasiones, pero mayormente solo sentados. Solo esperando.

Derek y su papá están en su habitación. No han salido desde que llevaron al chico dentro.

Scott sube las escaleras a un punto para decirle a Stiles que Claude está hambrienta, y si se supone que le den un biberón o alguna comida de bebé, ¿o tal vez comida real? Stiles está a medio camino de las escaleras cuando no puede seguir. Se sienta allí y esconde su cabeza entre las manos.

Se odia a sí mismo.

—Amigo —dice Scott en voz baja—, tú no hiciste esto.

Scott siempre ha conocido los secretos más oscuros de Stiles sin que él se los dijera. Comenzó en primer grado cuando uno de los niños no invitó a los perdedores a su fiesta de cumpleaños. Scott no fue invitado por su asma y Stiles no consiguió una porque era raro y ruidoso y bastante malo en las cosas sociales. Stiles no supo hasta después que él era uno de los perdedores. No sabía que alguien lo era. Cuando todos volvieron a clases después del receso y vieron que alguien había roto los dibujos de ese niño en pedazos, Scott solo lo había mirado con sus grandes ojos de cachorro, pero no dijo nada.

Scott siempre ha sabido de las terribles cosas que es capaz de hacer cuando está sumergido en el dolor y en la rabia.

—No hiciste esto —repite.

—Quería quedarme con Claude.

—Stiles —Scott se sienta junto a él y le coloca un brazo alrededor de los hombros. Lo inclina hacia él—, amigo, todos queríamos quedarnos con Claude.

—Yo solo... yo solo quería...

Solo quería que se alejara, no que se muriera.

Nunca quiso que se muriera.

Pero eso es lo que está haciendo.

El mago que rompió el espacio tiempo, el mago que rompió las leyes del universo, está recostado en la cama de Stiles y está muriendo.

×

Stiles se detiene en la puerta de su dormitorio. Tiene miedo de entrar. Tiene miedo de ver.

No quiere ver su propio rostro, su propio cuerpo, retorcido en agonía. No quiere escuchar su propia voz llorar en medio del dolor. Tiene miedo de que sea la cosa más aterradora a la que ha tenido que hacerle frente. Pero tiene aún más miedo de que no sienta absolutamente nada y sobre qué significará eso.

I Know Where Babies Come From, Derek; SterekWhere stories live. Discover now