Capítulo 3

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Hay quienes piensan que no estamos dañando a la naturaleza, pero es la infamia más grande que esta especie está cometiendo, nosotros al cazar, enjaular y asesinar animales estamos acabando con el ecosistema, cada vez más se construyen esas torres enormes en la ciudad, poco a poco se convierte en concreto lo que alguna vez fue campo abierto, pero yo no voy a permitir que eso continúe con toda esa impunidad, no señor, ¡Haré algo por este mundo que estamos eliminando poco a poco!

-- ¡Los animales y las plantas también merecen vivir! ¡Cuidemos el ambiente! – Desde hacía unos minutos hablaba y como nadie me hizo caso tuve que subirme a una de las bancas del patio de la escuela para llamar la atención – ¡Cuidemos a la madre naturaleza! – Junto a mí, mis amigos reparten los folletos informativos a cerca del ecocidio que cometemos – ¡Gran junta de concientización en el auditorio el próximo viernes! – por fortuna el director junto con un prefecto nos facilitaron el auditorio de la prepa para llevar a cabo la plática de salvamento del planeta.

-- ¡Ese baboso! – mi mano derecha en todo esto, Lucy, se acerca refunfuñando, creo se enojó.

-- Esto es complicado, al parecer a nadie la interesa – me bajo de la banca y me siento, creo que todos nos toman a locos – expreso al momento de tenerla a mi lado.

-- Ya nos vamos Ramín, te vemos al rato – mis colegas se acercan a dejarme las copias de folletos que no entregaron.

-- ¡Cámara! Hasta al rato – chocamos los puños y se van.

-- ¿Crees que vaya gente a la plática del viernes? – me pregunta la chica de esbelta figura, cabello de un tono rojizo el cual tiene todo enmarañado, usa pantalones y tenis de tela desgastados, han de pensar que no nos bañamos, pero la verdad es que sí somos limpios, cada tercer día nos toca regaderazo.

-- Pues espero que sí, todos estos idiotas piensan que no es cierto lo que digo, pero vamos, ¿Cuántas especies ha muerto ya por culpa de nosotros? Anoche, en un cachito del noticiario del señor 'lentudo' pasó que el sapo dorado se declaró extinto por el cambio climático del planeta, algo que nosotros como especie hemos hecho – me molesta saber el daño que le hacemos al medio y ni siquiera nos importa.

-- Ya, no te exaltes, esperemos que el viernes logremos algo, ven, tenemos que irnos a cambiar, hoy es la fiesta de Raco y no quiere que faltemos – mi amiga se pone de pie y me jala de la muñeca.

-- Sí, tienes razón, vamos – me levanté y tomé mis cosas, por hoy la batalla había sido suficiente. Me acomodé mis algo necios cabellos y me dispuse a ir cuando algo o mejor dicho alguien nos detuvo.

-- ¡Hey, tú! ¡Papá! – Lucy me miró y yo la miré a ella, nadie a parte de nosotros dos estaba por esos lados en ese justo momento, aquel chico delgadito y con cara de niño me miraba – Digo, ¡Tú, el hippie! – por confusión volví a mirar hacia atrás de mí para confirmar que se refería justamente a mí, aunque algo me descolocó aún más ¿Fue mi imaginación o me llamó papá?



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-- ¡Se me va! – exclamé cuando corrí con todas mis fuerzas, pero no conté con que en esta época el suelo está horrible, pues en la mía el patio del colegio tiene concreto, una raíz de cierto árbol se levantaba y por menso me caí de boca antes de llegar donde mi papá.

Enamorando a mis papásWhere stories live. Discover now