Recuerdo cómo nos conocimos:Fue doloroso y vergonzoso.
Ese día me había caído de mis patines. El hueso de mi brazo se rompió y por ende el Doctor me tuvo que poner un yeso.
Cuando nos íbamos mi madre y yo, venías corriendo con dos enfermeras detrás de ti.
No te vi venir, tampoco tú.
Y te estrellaste en mí.
Lo doloroso fue el golpe que nos dimos.
Lo vergonzoso fue que mi mano sana:
había aterrizado encima de tu pecho derecho.
YOU ARE READING
Nunca lo olvides.
Short StoryEras como la apuesta de sol. Hermosa, remota, única. Por eso yo no podía detenerte, tampoco podía retenerte. ¿Son ambas, solo por un momento? ¡NO ACEPTO EL PLAGIO! Tenga imaginación, no copie.