Aún sabiendo que ahora no sufrís, que ahora no lloras, que ya no nacen los miedos...sigo odiando un poco más a la suerte por ser mala y apartarte de mí camino. Tus ojos curiosos no me buscan más ni me molestas cuando intento dormir. El mundo te arrebató esa energía inigualable, el ser incondicional sin saber qué pasaba, el hacer todo menos pesado y doloroso cuando volvía a casa. Yo nunca te cuide siempre fuiste vos, vos me salvabas de la tristeza y la soledad cuando creí que yo lo hacía. Sigo odiando en lo que te convirtió (en un vacío que ya no tiene tu nombre) dejaste de ser eso que tanto bien me hacía, sin quererlo, sin buscarlo, sin desearlo. Ante todo voy a llevarte conmigo, voy a encadenarte a mis huesos. Voy a hospedarte en mis recuerdos más profundos, en un rincón de mi corazón (apartado de todo lo demás) en cada melodía, en cada llanto a la luna, en cada atardecer (deseando verte en mis próximos sueños) y vos...vos vas a estar ahí, viéndome y replanteándote el valor que tenias para mi (desde las estrellas)
...
Pasaron tantas cosas.
Sab.
