El fuego de Aries es un fuego primario, impulsivo, un entusiasmo que se consume rápidamente.
El fuego de Leo es un fuego orgulloso, un fuego interior que arde de forma permanente y no quiere apagarse.
El fuego de Sagitario es un fuego que se aviva por una causa. Es quizás, dentro de los signos de fuego, el menos agitado, o mejor dicho, el que es capaz de controlar mejor sus estados y su llama interior.