¿Y si Wattpad Fuera un Chico?

6. Existen Jasper y... Jasper

  — ¡Papáaaaaaaaaaaaaaaaaaa! — grito entrando a casa. 

Todo está oscuro y en silencio, lo que es raro, porque papá suele estar en casa temprano. Volteo hacia afuera, Will sigue ahí, sobre su moto. Le hago una seña en forma de despedida. El proyecto nos llevó mucho más de lo que creímos, y ni siquiera vamos por la mitad. Esta vez no pude evitar que fuera en mi casa, así que vendrá mañana para que hagamos la presentación completa y la maqueta. 

Cierro la puerta detrás de mí y entonces el nudo que he tenido en la garganta todo el día se vuelve más pesado. No entiendo qué pasa, por qué de pronto todo cambió. Realmente es una suerte que Roy siga siendo él, porque si no, yo habría explotado definitivamente con lo del auto. 

Subo lentamente, escalón por escalón, hasta mi cuarto. No sé dónde está papá, pero desearía tenerlo aquí conmigo para que pusiera Jailhouse Rock. De pronto todas las risas que compartí con Will esta tarde y los contados momentos felices  que pasé el día de hoy, desaparecen, y se convierten en las miradas de asco de mis compañeros, en todos esos empujones y en las veces que me ignoraron el día de hoy. Las conté, fueron veintidós. 

Una lágrima cae por mi mejilla, me siento una perdedora.

  — Oye, inútil — un chico abre mi puerta de golpe y grito con fuerzas. 

— ¡¿Quién eres?! ¡¿Qué haces aquí?! ¡Largo! 

— ¡Jasper! ¡¿Qué rayos?! 

Tomo lo primero que encuentro y se lo arrojo a la cabeza. 

— ¡Basta! — exige. 

— Voy a llamar a la policía si no desapareces ahora mismo — declaro. 

— ¿Sigues molesta por lo de hoy en la mañana? — hace una mueca de desesperación — Ya te dije que lo siento... ¿Estás llorando? 

— ¡¿Qué quieres?!  

—No, ya no importa —se sienta en mi cama —¿Qué tienes? ¿A quién debo matar? 

—Escúchame, si no te vas ahora mismo llamaré a la policía y me aseguraré de que no vuelvas a ver la luz del día —amenazo, sabiendo que no tengo poder para cumplirlo. 

Él frunce el ceño y se levanta. 

—Está bien. Papá llamó, dice que llegarán mañana, que lo están pasando muy bien y todo eso. 

—¿Quién eres tú? — pregunto pegada a la cabecera de mi cama. 

—¿Comiste algo? ¿Ese chico te dio algo? —dice asomándose por mi ventana hacia la de enfrente. 

—¿Qué relación tienes conmigo? 

—Soy tu... hermano —dice dubitativo —. Bueno, hermanastro, pero da igual. 

—¿Papá se volvió a casar? —pregunto casi sin aliento. 

—Jasper, tú en serio estás mal. ¿Quieres que te lleve al doctor? 

—Muéstrame fotos de la boda — pido. 

Él asiente y se pone a buscar algo en su teléfono. 

Tengo un hermano. 

Hermanastro. 

Y si Candace lo viera, se olvidaría por completo de Scott Davis. 

—Mira. Fue en ese restaurante que está por las afueras, el que tiene ese jardín con luces. Es probable que no lo recuerdes porque estabas perdida observando al mesero. 

Me pasa el teléfono. Aparezco en demasiadas fotos usando un vestido turquesa y sonriendo con entusiasmo mientras abrazo a una mujer muy hermosa de ojos verdes y cabello castaño claro.