Capítulo 6: aprendiendo a montar

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Todo era extraño y, para colmo, no se sentía cómodo en ese poblado. Él... que había venido de una importante familia, la familia del General, estaba atrapado en un poblado indio, sin posibilidad de escapar, casado con uno de ellos y dejándose ultrajar por él. A veces pensaba que podría acoplarse a esa nueva vida, otras pensaba en tirar la toalla, pero era demasiado orgulloso para ello.

Durante una semana, se negó a salir de aquella tienda, dormía durante el día y es que con Naruto era imposible dormir por las noches. Llegaba a medio día con la caza del día, comían y se dormía como un tronco. Para Sasuke... era imposible dormir después de comer, más porque dormía por las mañanas, era como intentar volver a dormirse tras haber dormido. Las noches eran una tortura tras otra, Naruto lo poseía sin falta y cuando parecía que todo se relajaba y podría dormir, volvía a empezar. De cinco a seis veces en una misma noche, estaba agotado y no entendía cómo Naruto podía seguir aguantando el ritmo.

Esa mañana, tras despertarse y ponerse algo encima de la ropa limpia de su esposo, se acercó hacia la tela de la entrada y la abrió ligeramente observando el poblado. Las mujeres seguían tejiendo, lavando, recogiendo maíz o envueltas en otros quehaceres propios de ellas. Una leve sonrisa de tristeza se dibujó en el rostro de Sasuke, sabía que la tribu estaba bien jerarquizada, todos tenían su función, pero no sabía cuál era su papel. ¿Sólo era algo sexual? ¿Donde su esposo se desahogaba? ¿Un contenedor? No podía coser como las mujeres, tampoco era un cazador como los hombres. ¿Cuál era su función entonces? No quería que le tratasen como a una mujer, él no lo era, pero ahora mismo se sentía como la puta con la que su esposo se acostaba todas las noches y una vez satisfecho, lo dejaba allí a esperar a ser mantenido por él.

- Joder – se quejó.

Él no quería eso, quería ser independiente, quería aprender a ser un guerrero como ellos y poder acompañarles.

El lenguaje le estaba costando mucho, seguía sin entender a Naruto, aunque había conseguido aprender un par de palabras como "a cuatro patas" y "abre las piernas", ésas que él siempre repetía y que, cuando no entendía, Naruto le hacía colocar la posición casi a la fuerza.

Se sorprendió cuando la tela se abrió y entró Menma con un par de pájaros que seguramente, habría cazado. Intentaba convencerle para que saliera de la tienda, como siempre, pero no hubo forma, Sasuke se negaba y, finalmente, Menma dejó entrar a una mujer de cabello azulado, seguramente por alguno de los tintes naturales que ellos utilizaban para dar miedo o causar impresión en sus enemigos.

La mujer pareció indicarle al chico que le dejase a solas con él, porque Menma, con una pequeña sonrisa, dejó los pájaros a un lado de la tienda y se marchó.

- Me llamo Konan – dijo la mujer en su idioma, con dificultad... pero la entendía.

- ¿Hablas mi idioma? – preguntó Sasuke confuso.

- No mucho, sólo un poco. Mi esposo hacía negocios con los de vuestra raza y aprendí algo de su dialecto para continuar su trabajo cuando él murió. Kushina me ha dicho que necesitabas un poco de ayuda. Creo que puedo solucionarte algunas dudas.

- Yo... Dios... tengo demasiadas – dijo Sasuke – quiero saber... ¿Qué tengo que hacer aquí?

- Eres tratado como la esposa del futuro jefe, deberías empezar a unirte al resto de mujeres y aprender a hacer sus funciones.

- Pero... yo no soy una mujer.

- Entonces deberás demostrarlo – comentó Konan con una ligera sonrisa – si quieres ser un cazador, tendrás que convencer a tu esposo para que te lleve con él, pero eso no será fácil.

Pequeño cuervo (Naruto: Naru-Sasu)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt