Capítulo 32: El halcón.

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El dolor de cabeza cada vez era más intenso y, aun así, tan sólo podía pensar en si mañana podría ir de cacería con su esposo. Naruto, en cambio, observaba a su madre poner el guiso en los cuencos mientras Menma terminaba de poner una rayita más en el juego que dibujaban con palos en la arena.

- Has perdido – dijo Naruto nuevamente, colocando la última línea y viendo cómo Menma le miraba algo frustrado.

- No vale, siempre ganas.

- Tienes que aprender a fijarte más antes de colocar los palos – sonrió su padre.

- Dejadlo ya y a comer – comentó Kushina con un tono dulce y protector.

- Ey – susurró Naruto hacia Sasuke antes de poner su mano en el hombro del moreno - ¿Estás bien?

- Sí, sólo es la cabeza. Parece que vaya a explotarme.

Realmente tenía mala cara, pero no era algo en lo que Naruto pudiera ayudarle demasiado. No es que ellos tuvieran muchas medicinas de blancos precisamente y las plantas aliviaban hasta cierto punto.

- Podría preguntarle al hombre medicina para que te dé algo – comentó Naruto.

- Estaría genial.

La cena fue amena, excepto por ese dolor de cabeza que no pasaba desapercibido para ninguno y los intensos estornudos que hacían sonreír a Naruto.

- Creo yo que para mañana no estarás preparado para venir a cazar.

- Eso ya lo veremos – dijo enfadado Sasuke.

Ante aquello, Naruto sonrió. Su esposo era terco como un caballo salvaje y sabía que su enojo era más para sí mismo por haber caído enfermo que para los demás. Precisamente por eso, es por lo que más gracia le hacía. Sabía cuánto odiaba Sasuke tener que quedarse en el poblado.

Sasuke le miró, con esos ojos que Naruto identificó enseguida cuando quería hablarle de algo pero no se atrevía a sacar el tema. Le conocía demasiado bien como para saber que se estaba callando algo, algo que no querría decir frente a su madre o puede... que frente a Menma, pero era evidente que le angustiaba en cierta medida.

No quiso comentar nada. Terminó de comer y esperó a que el resto también lo hiciera para despedirse de su madre con un dulce beso en la frente. La excusa era sencilla, quería madrugar al día siguiente para ir a pescar y aprovechar para enseñarle algunos movimientos a Menma que le ayudarían en sus entrenamientos con el resto de niños de la tribu. No fue hasta que llegó a su cabaña y vio que Menma se iba a su cama, cuando aprovechó para ir con su esposo.

- Has estado muy silencioso durante la cena.

- Me duele la cabeza, nada más – intentó excusarse.

- ¿En serio? ¿Y esa mirada? – sonrió Naruto, tomando el rostro de su esposo y ladeando la cabeza para que le mirase a los ojos – la mirada del cuervo que acaba de encontrar algo brillante y corre a esconderlo – sonrió - ¿Qué es lo que has encontrado, "Pequeño cuervo"?

Sasuke se soltó de su agarre dando un manotazo y apartó la mirada con rapidez como si eso fuera a mantenerle a salvo, aunque Naruto ya le había calado. El rubio esperó pacientemente, observando cómo Sasuke arreglaba su parte de la cama para irse a dormir y entonces, tras agacharse y abrir las mantas, habló.

- Un halcón – comentó Sasuke – he visto un halcón esta mañana. Estaba sobrevolando los campos de maíz. Pensé que buscaba comida, no sé... algún ratón o algo. Ya sabes que los campos de maíz están llenos de pequeños animales.

Pequeño cuervo (Naruto: Naru-Sasu)Where stories live. Discover now