tentacles {C-137cest} [Terminada]

🔶🔸Actúa natural🔸🔶

Estaba solo en la habitación, con un dolor en sus caderas y semi desnudo; sus muñecas y tobillos estaban heridas por la presión con la que habían sido atadas; su labio le sangraba y probablemente su ano también. Pero ninguno de esos dolores lo afectaban.

Como le había dicho su abuelo, no era como él lo imaginaba, era mejor. Era auténtico, era erótico, sucio, doloroso, candente y apasionado. No como las pajas que se había hecho con anterioridad pensando en lo que podría pasar.
Ya no había necesidad de escribir, todo lo que el chico sentía ya había sido manifestado. Ya no había necesidad de jalársela, porque ya habría con quién vivir su intimidad.

Se levantó de la mesa y sus piernas le temblaban. Sonreía como tonto, sin aún asimilar lo que a acababa de suceder.

Tuvo sexo con Rick. El mayor lo penetró y lo beso. Quizá no era la forma que él había soñado, pero no sé sentia para nada desilucionado.

Cuando logro caminar sin tambalear se puso su boxer, pantalón y zapatos. Subió por la escotilla y se fue directo al baño para bañarse pero el mayor le había ganado, entonces mientras el otro se duchaba, Morty fue a su cuarto y cerró la puerta, se volvió a despojar de su ropa inferior y se puso frente al espejo.
Miró sus pequeñas nalgas rojas con arañones que se borraron ligeramente, las separó y de igual manera, su ojete estaba un poco dilatado, rojo por alrededor con manchas de sangre. Ya no le ardía tanto aunque se seguía sintiendo raro.

Rick salió del baño y Morty tomó su lugar. Se lavo todo su delgado cuerpo y su culito lleno de semen.

Salió y su madre ya había llegado. Toda la familia se sentó a la cena y a Morty se le dificultaba quedarse en la silla.

- ¿Estas bien, Morty? - Pregunto Beth viendo al muchacho.

- Si, solo que... - Tuve sexo y me arde el ano. - m'me senté en mi mochila y me lastime con un lápiz.

- Ay, Morty - Su hermana, madre y padre rieron. - pensé que era algo más serio, fíjate en donde te sientas.

- S'si, seré mas precavido.

Cuando la familia terminó la cena, Morty se llevó los platos a la cocina y se puso a lavar los trastes. Detrás de él estaba el mayor, se le acercó a la oreja.

- La tengo más grande que un lápiz.

Un escalofrío le recorrió la espalda y apretó el plato y la esponja que tenía en las manos. Volteo a verlo sin sacar las manos del agua.

- ¿Qué querías que dijera? - Le susurró al peli azul. - Rick me la metió y me duele el culo.

- Ssh... - Le pellizco una nalga. - No me contestes, pendejo.

- Mmh... - Se mordió el labio inferior.

- Calma tu culito o para la próxima tendrás que decir que tienes hemorroides.

Pellizco más fuerte y se fue al garaje. El castaño, con rubor en su cara, siguió limpiando y se unió a su hermana en la sala para ver televisión. Beth y Jerry se les unieron y pusieron una película. A Summer le dió sueño y se fue a su cuarto, Jerry y Beth se acurrucaron en el sillón más grande y Morty se acomodó en el sillón individual.
Las horas pasaron y el menor quedó dormido en el sillón. Sus padres ya estaban por llevarlo a su cuarto cuando el mayor salió del garaje y lo vio. Su padre ya lo llevaba en brazos y Rick sintió una molestia en su pecho pero no podía decir o hacer nada.

Jerry acostó al menor en la cama y se fue a su cuarto. Rick entró al cuarto del menor sin que los padres se enteraran y cerró la puerta, se acercó y se sentó en el suelo frente a la cama.
Miraba el chico dormir, imaginando todo lo que podría hacer para lastimar su frágil y delgado cuerpo, que tantos voltios soportaría, que tantos golpes tendría que darle para hacerlo sangrar, incluso, que tantos insultos debería decirle para que llorara. Lo cierto era, que sin importar que tan sensible era el castaño, él haría lo necesario para hacerlo sentir bien. Si, al inicio estaba molesto, pero al ver como soportaba las cosas y como llevaría lo demás, quizá pudiera funcionar.

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