AMNESIA. (COMPLETA): SAGA ATRACCIONES PELIGROSAS

Parte 1: El encuentro

Luce espléndida bailando, su silueta es perfecta, delgada y curvilínea, sus pechos del tamaño adecuado y ese cabello, largo a la cintura y de un tono castaño claro, pero los que más me idiotiza son sus ojos, esos ojos color azul. A pesar del maquillaje resaltan a simple vista, a través de sus largas pestañas. Baila, con gracia y elegancia, pero no sonríe, se mantiene sin expresión alguna. Hoy vine a verla nuevamente, vine a contemplar su hermosura. Muchos más también lo hacen, tras varias cervezas el sentido se pierde y los hombres se arremolinan a su alrededor, pero termina su baile.

Ya es tarde, por lo que me retiro de ese bar de mala muerte. El lugar se llama "Amnesia". A de ser para que todos olvidemos lo que nos atormenta y tener distracción, las chicas son hermosas y bailan el pool-dance de una manera sorprendente. Pero desde la primera vez que la vi arriba del escenario no puedo quitarla de mi cabeza, esa piel blanca, sus labios carmesí, esa melena revuelta y esos ojos, sus ojos azules, son como ver el cielo, relajantes, pero sin expresión, serios y con algo de miedo o tristeza.

He llegado al apartamento, estoy agotado y caigo rendido al sueño y el alcohol, pero esos ojos no se van.

La universidad es normal, ya solo me falta un año y terminó la carrera en derecho. Lo odio, quisiera ser otra cosa, nunca a sido mi sueño ser abogado, pero mi padre me ha forzado, por lo que no tengo opción.

Los estudios siempre se me han dado bien, por lo que no es muy difícil para mí comprenderlo.

Ya han pasado tres semanas que no visitó el bar. Pero todo es por una buena causa, me enteré que realizan shows privados, por una buena cantidad de dinero y la verdad ya me cansé de verla desde lejos.

El dinero que me manda mi padre para sustento de la universidad lo he guardado, trato de no derrochar lo, he casi muerto de inanición pero sé que valdrá la pena. Hoy la conoceré.

Estoy ansioso es domingo por la tarde y solo veo las manecillas del reloj avanzar, es mi imaginación o van más lentas que de costumbre. Estoy ansioso y desesperado, ya quiero que sea de noche, quiero verla, tenerla cerca.

Me dispongo ha hacer mis deberes de la universidad para matar el tiempo, el cual se empeña a volverme loco. Quiero verla, tenerla cerca...

Por fin el tiempo me apremio, estoy dentro del bar y me apresuró a hablar con el encargado, un hombre gordo y mal oliente, con una sonrisa que inspira terror. Entramos a una oficina, le explico lo que quiero y me da un catálogo de las chicas que maneja, es como si fueras a comprar una res, son mercancía, pero es triste ver que ella está en esta vida, hace que se me retuerza el corazón de solo pensar lo que tiene que pasar.

Selecciono su foto, se ve hermosa. Con su melena suelta y alborotada que caí a su cintura, esta maquillada muy exagerada pero eso solo destaca ya de por sí sus rasgos tan perfectos. No se cómo empecé a obsesionarme con ella, talvez fueron esos ojos azules, me hacen recordar a mi madre.

Terminamos los trámites, me explica las reglas, las chicas no ofrecen sexo; solo puedes tocarlas, abrazarlas y besar, si ellas lo permiten, además del baile o cualquier otra cosa no sexual que se les solicite.

Me guían a un área con pequeños cubículos privados, tiene un pasillo amplio y se escucha música suave. Me indican que entre y al hacerlo ahí un sofá color rojo escarlata, una pequeña mesa y a mi derecha una mini cantina. El lugar se ve muy pulcro y organizado, todo huele a nuevo. La luz es tenue y algo de florescencia.

Tomo asiento en el sillón para dos, es cómodo. Estoy ansioso y algo nervioso, tendré la oportunidad de hablar con ella y si me lo permite de abrazarla. Mis manos sudan por los nervios, escucho los pasos resonantes de unos tacones, la puerta es abierta por un sujeto alto y de tés morena.