"Dios, podría estar así todo el día." Sus manos descendieron, aprisionaron mis nalgas en un férreo agarre, y amasaron de arriba hacia abajo. 

"Mhm..."

"Dime que me dejarás apretarte el trasero por todo un día." Raspó, besando mi sien.

"Mh-" Pero antes de que pudiese contestar a tal locura con un casi involuntario y pobremente deliberado 'sí', una tercera voz interrumpió, sacándonos de nuestra burbuja de tensión sexual. 

"¡Camilita, ya es hora de desayunar! ¡Baja antes de que tus pancakes se enfríen!" Me separé de ella con una rapidez olímpica, acomodando torpemente mis bragas. 

"Maldita sea." Farfulló rebuscando entre la pila de ropa que había al lado de mi cama. "¿Has visto mi camisa? Es a cuadros, roja y negra-"

"¡Aquí, aquí!" La quité de abajo de mi escritorio, vaya uno a saber por qué estaría ahí. Agradeció en medio de gruñidos, intentando colocársela a prisa. Enfocándome en hallar todas sus pertenencias para que así le fuese más sencilla la escapada, revisé por todos lados hasta también dar con sus zapatos, su gorro de lana, teléfono y más importante, las llaves de su motocicleta. 

"¡Camilaaaa!" Gritó mi madre desde la cocina, el aroma a jarabe de arce haciendo rugir a mi estómago

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

"¡Camilaaaa!" Gritó mi madre desde la cocina, el aroma a jarabe de arce haciendo rugir a mi estómago. 

"Debes irte, vendrá a buscarme si no bajo." Largó una corta risa divertida, abriendo la ventana. ¿¡Es que no comprendía la seriedad del asunto!? "Lo digo en serio, Lauren, va a-"

"No. No me iré hasta que no me des un beso de buenos días." Chillando impaciente, le di un vistazo a la puerta para asegurarme de que verdaderamente estuviese trabada. Santo cielo, mi madre iba a matarme, primero a mí, y luego a ella por haberme convencido de que todo esto sería una buena idea.

"Bien." 

Acabemos con esto.

Rezando por que eso fuese suficientemente bueno para ella, planté un breve beso sobre su boca. 

¿Qué tal si no lo es..? 

¡Entonces tendrá que irse inconforme, porque no le daré otro! 

"Hecho, deseo otorgado. ¡Ahora vete, te cortará la garganta si nos encuentra!"

"Eso fue una broma, ¿cierto?" Oí los pasos subiendo las escaleras y comencé a entrar en pánico, imaginando el peor de los finales, en que mi madre se entera de nuestro secreto y me prohíbe ver a Lauren por el resto de mi vida. O bueno, el resto de mi adolescencia. 

"¡Claro que no lo fue!-"

"¡Mija, ya es hora de ir a la escuela!" 

"Oh dios, tienes que irte, ya, ya, ya," La empujé, pegando golpecitos en su brazo. "rápido, mi padre podría pasar con la patrulla y verte y-y matarte s-si sabe que-" Insistí, al borde del ataque de ansiedad, hasta que un par de labios tomaron los míos con una firmeza incomparable, callándome. Sostuvo mis brazos de manera tal que mis forcejeos fueron inútiles, y un escalofrío recorrió mi sistema entero mientras su lengua se enlazaba con la mía, le daba vueltas lentas, la acariciaba con delicadeza al mismo tiempo en que mis hombros se relajaban y mi cuerpo cedía, entregándose al beso. Finalmente sus manos viajaron a mi cintura y otros tres pequeños besos fueron posados sobre mis labios previo a que se alejase y me sonriera encantadoramente. 

Mates (Camren G!P)Where stories live. Discover now