Él es Marx Duarte, un joven que después de ser traicionado por sus seres queridos comienza a desvalorar su existencia, él se ve envuelto en una serie de increíbles acontecimientos fuera de su comprensión. Aquel deseo de abandonar la vida, lo lleva...
* Este capítulo tiene un vídeo con música para ambientarlo, si gustas reprodúcelo para oírlo. Espero te guste.
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Nuevamente el lugar del inicio de esta historia, aquella completa oscuridad donde una tenue luz permite ver a un humano, este es sujetado por unos brazos morados, tras una sonrisa desaparece en la nada. Ahí se queda solo aquel ser que vive en la oscuridad de la mente humana, parándose miro hacia ese rayo de luz que se perdía en el infinito.
˜Mi mundo está lleno de giros inesperados, causados por la voluntad de los humanos. Aunque aquellos llamados Dios no lo reconozcan, le temen a ese poder... El poder de cambiar el destino que intentan imponerles. —La luz que iluminaba el lugar se apagó, pero un resplandor rojizo se hizo presente.
—Gracias a ese poder es que soy libre. Sabía que estarías aquí, habitante del subconsciente. —Ahí apareció Fragas con la forma inhumana de Marx, él estaba rodeado de un halo rojo oscuro y no se encontraba solo, detrás tenía algo moviéndose.
˜Ja,Ja,Ja ¿Dónde más estaría, amigo mío? ¿Desde cuándo tenías planeado esto? —Pregunta el habitante del subconsciente, Fragas mira al perro que se encontraba echado a su lado.
—Sabes, en algún momento Marx Duarte fue como nosotros, un ente que desenvolvía un papel importante en su realidad, sin embargo, el cometió un pecado enorme, por el cual maldijeron su alma para que en todas su reencarnaciones, sufriera la perdida de la gente que ama. Según el libro de la vida, él fue llamado alguna vez "Ishtar, el dios oscuro", su pecado fue cederle su poder a alguien más y esa persona causo un gran desastre que afecto la existencia que nos engloba. ¿Quién sabe cuántos eones pasaron desde ese momento? Solo tenía un rastro de su alma para reconocerlo, y el vino a mí con la forma más simple, siendo el primer animal que llego a mi recinto, fue también el primero en superar su propio dolor y guiar su ego en la dirección correcta... Si una existencia tan básica podía hacer algo así, solo tuve que esperar a que se presentara nuevamente, pero esta vez como un humano... Al principio me decepciono, pero al ver su crecimiento supe que era el indicado. —Fragas recordó como ese perro llego a él, superando su dolor continuo su vida hasta morir tranquilamente. El perro miro a Fragas, se le acerca para ser acariciado.
˜Recuerdo que también fuiste el primero en algo, te levantaste contra nuestro Dios y guiaste a tu ejército para cambiar las cosas... Fuiste más valiente que yo, Fragas. Lamentablemente pediste esa batalla y te encerraron, eliminaron las mentes de tus hermanos, condenándolos a cuidar la energía de ese plano. —Menciona el habitante del subconsciente un tanto triste.
—Tienes razón, pero no me arrepiento de haberlo traicionado. Aún es muy pronto para empezar otra revolución, los humanos deben darse cuenta de su valor y para cuando ese momento llegue, me levantare nuevamente para la guerra. —Fragas levanto su puño al cielo, tenía una expresión retadora.
