Capitulo 27: Nueva amiga.

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____'s POV.

Corrí a los brazos de Harry y dejé a las chicas atrás. Me estaba esperando junto a su coche mientras jugaba con su cabello. Le sonreí y besé sus labios suavemente, para luego volverme a mis nuevas amigas. Me separé de su cuerpo, me ubiqué justo frente a él y esbocé una sonrisa. Ellas estaban paradas junto a mí y todas observaban a mi novio como si fuera el diamante más precioso.

-Bien, es hora de que te las presente. Ha pasado un mes y creo que son las únicas en las que puedo confiar. 

-Claro, prosigue. 

-Ella es Rachel, -señalé a la bajita de largo pelo marrón.- Janet, -Pelo negro, pálida.- Grace, -Pelirroja, pecas inconfundibles y flequillo cortado a la perfección, como la primera mencionada.-ah, Elizabeth también, va a tu curso, -chocaron puños y rieron.- y, por último, Abby. -Le sonreí demasiado a la rubia y me devolvió la sonrisa.- 

-Hola chicas, me pone muy feliz que _____ tenga nuevas amigas, -hizo reverencia a ellas.- pero aquí su mejor amiga es Emma.

-Harry, no.

-Sí, no pueden seguir separadas, y ella está muy arrepentida.

-Deberíamos hablarlo luego. Ahora, nos iremos, ¿bien?

-Como quieras, pero, ¿no querías que te lleve a casa?

-No, déjalo, iré a casa de Abigail.

-¡Oye! -Interrumpió mi amiga.- Detesto que me llames así.

-Lo siento, lo siento. -Me volví a Harry.- Nos vemos luego. -Reposé un beso en su mejilla y me alejé con su mirada clavada en mí, la sentía, acompañada de Abby. 

Caminamos hasta su casa, la cual era gigantesca. Sus padres trabajan día, noche, tarde, madrugada, todos los días, todas las semanas. Sentía que ella era diferente a las otras chicas. Era especial. Claro, todas tenemos nuestros caracteres, pero ella, podía decir que tenía algo que me hacía pensar que no era igual. Cuando pedías ayuda, ella te la brindaba. Cuando la necesitabas, siempre estaba. Cuando le preguntabas sobre su opinión, la decía, y, aunque no fuese muy positiva, trataba de darle las mejores vueltas posibles para que afecte positivamente. Nunca la encontrarías desinteresada en algo que le cuentes. Era muy buena y se le veía de a 50 metros. Tampoco toleraría que le rompiecen el corazón o hieran sus sentimientos porque ella, en sí, es amable, consejera, compañera, y también todas las cosas buenas que se tienen para decir sobre una persona. De todas formas, eso no significaba que no sepa defenderse y no diga las cosas a la cara. Si tenía argumentos, los defendía a morir. 

-¿Por qué tu novio siempre habla sobre Emma? ¿No se han peleado ustedes? -Dijo, dando un mordizco de cabeza a su barra de chocolate.

-Sí, pero él sigue insistiendo en que... Bueno, eso.

-Comprendo. Quizás debes hablar con ella.

-No, ¿para qué? Ha ocultado su mayor secreto de mí, su mejor amiga para siempre.

-¡Ajá! Lo has dicho, PARA SIEMPRE.

-Me refiero a...

-¡No! No puedes negarlo. Llámala.

-Ahora no, Abby.

-Luego sí, ______.

-Está bien.

Jugamos un poco a videojuegos en su xbox y comimos comida chatarra. Verla reír me hizo recordar a la sonrisa de Emma, esa sonrisa con brackets que le encantaba a todo el mundo, pero que me pertenecía. Ya ha pasado demasiado tiempo como para que no la perdone, y, tengo que admitir, también me dolió un poco. Por ejemplo: si yo hubiese decidido casarme con Harry y no decirle nada, le dolería y la pondría molesta. Sé que no es lo mismo haber tenido sexo que haberse casado pero a ésta edad, nuestra edad, es algo que importa, y mucho. No puedo negar que la extraño, no, si ella es todo para mí. Sacudí mis pensamientos, que al parecer me habían tomado bastante tiempo, y observé a mi rubia amiga dormida en su sofá. Tomé mi celular de la mesa ratona de vidrio, me puse mis zapatillas y salí de allí. Mi estilo de vestir cambió desde que dejé de hablar con mi mejor amiga, ya no uso todas esas cosas negras extravagantes, sólo que decidí ser un poco más... normal, y no parecer una tipa ruda, algo que no soy, así que las remeras de tonos bajos, los jeans un poco más sueltos y las zapatillas y buzos se habían hecho mis mejores amigos.

Caminé y caminé hasta que llegué a su casa. El día estaba nublado, todo parecía más pálido de lo que era. Toqué el timbre y esperé, atendió ella y me observó. Le sonreí debilmente y me abrazó fuerte. Me quedé paralizada pero luego de unos segundos le devolví el abrazo. Se separó de mí y me invitó a pasar. Subí las escaleras, aún un poco incómoda.

-Se tiró en la cama- Bien, ahora te lo contaré todo.

-Detalles, aunque sean asquerosos.

-Claro. Empecemos; Yo fui a su casa, ¿recuerdas? Esa gran casa negra ubicada en la esquina de la calle asquerosa.

-Ajá.

-Ni su madre, ni su padre, ni su hermana estaban; todo para nosotros solos. Subimos a su habitación y comenzamos a besarnos, ¡OBVIO!

-Siempre me pregunté si besa bien...

-Te aseguro que lo hace. Me besó el cuello y todo se fue subiendo de tono hasta que... estabamosdesnudos -susurró todo junto y rápido.

-¿Estaban qué? 

-Estabamos desnudos.

-¡Que horror, Emma! 

-Lo siento.

-¿Tamaño...?

-¡¡_____!! -Rió y me pegó un suave codazo. 

-Debes decírmelo.

-Bueno, era grande, no lo sé. -Reí lo más fuerte que pude, a lo que ella se sumó. Extrañaba ésto.- Y nada, así fue todo.

-¿Dolió?

-Poquito.

-Lo consideraré con Harry.

-¡No juegues! -Largó una carcajada y yo me quedé seria.- Espera, ¿es en serio?

-Quizás, ha estado mostrado signos de que quiere... eso, y verdaderamente, no tengo ni la menor idea. 

-Pero, ¿tú estás lista?

-No lo sé.

-Lo sabrás cuando lo estés.

-Gracias, te extrañé.

-Yo a ti. -Me abrazó- Tu ropa ha cambiado mucho, ¿verdad?

-Me siento más cómoda así, ¿te gusta?

-Te ves más normal así, me gusta.

La extrañé demasiado, no podía estar sin ella. Sé que las cosas serán iguales que siempre, porque seremos ella, Niall, Harry y yo otra vez, pero,  ¿qué haré con Abby y las demás? 

Él es mayorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora