Capitulo 14: Regalos y sospechas.

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Harry's POV.

Aparqué mi auto frente a la casa de _____ y toqué el timbre. Eran las 7:50, así que estaba comenzando a oscurecer.  Esperé unos 5 minutos y resignado volví a mi coche. Tomé mi celular que estaba en el asiento del acompañante y marqué su número.

Cada vez que no la encontraba donde debía, mis pensamientos se revolvían. La idea de que la pudiesen haber raptado, siendo tan indefensa, no era una de las que se quedaba fuera de mi cabeza cuando eso pasaba en la sociedad realmente. Quizás, había tenido un accidente camino a casa, y estaba en el hospital. O la robaron y la violaron, dejándola sin nada más que un poco de su ropa rasgada... Que morboso soy. O solamente estaba ocupada como para responder la llamada de SU novio desde hacía 3 MESES.

Apreté con rabia la pantalla táctil contra mi oreja, que ya estaba algo tibia por el roze constante del teléfono. Estaba a punto de darme por vencido cuando su hermosa voz se retumbó en mi oído.

-Hola, ¿quién es?

-_____, soy yo, Harry, ¿dónde estás?

-Estoy cerca de casa, ¿por qué? ¿pasó algo?

-No, es que tenía ganas de verte.

-Yo también a tí, pero ahora no, estoy algo... uhm... ocupada.

-¿Qué estás haciendo?

-Pues debo hacer un proyecto para éste lunes, así que tengo mi cabeza alborotada.

-Oh, está bien, te llamaré luego.

-Lo siento.

-Claro, no importa. Te amo.

-Yo igual, adiós. -Dijo en un tono suave, y cortó.-

Le daría una sorpresa. Una hermosa sorpresa. Éstos últimos días no han sido los más emocionantes pero lo arreglaré. Sé exactamente todos sus gustos así que compraré regalos y bla, bla, bla, el dinero me sobraba.

Conducí hasta el centro de la ciudad y estacioné en un garage gigante. Dejé las llaves al hombre que cuidaba el establecimiento y comencé a caminar. Miré vidrieras pero ninguna me llamaba la atención ya que no notaba la ropa de su estilo. Pensé que estaba perdiendo el tiempo, hasta que pasé por un local bastante atractivo.

-Buenas noches, ¿le puedo ayudar en algo? -Intervino en mis primeros pasos hacia adentro una rubia que parecía muy simpática.-

-Pues, me gusta ese vestido de allá. -Señalé aquél vestido negro que por mucho, el largo no llegaba a las rodillas. Era de cuello cerrado, sin mangas, y la parte que parecía ser una pollera unida a una remera corta, era tiro alto. Muy su estilo.-

-¿Sabe qué talle sería...?

-Oh, no tengo la menor idea.

-¿Cuánto mide la señorita?

-Pues 1, 65. Bastante baja.-

-¿Peso? Aproximadamente, no debe ser exacto.

-No lo sé, pero no sube los 67.

-Entonces un 3. Ya se lo traigo.

-Gracias.

Me senté en una de las banquetas blancas ubicadas en el centro del lugar, y aspiré suavemente el aromatizante. Las paredes eran grises con rayas negras y habían cuadros con fotos de bandas ''grunge''. Lo más típico, Nirvana, por ejemplo. Las prendas colgaban de largos percheros. Una camisa cuadrillé llamó mi atención y me paré para observarla más de cerca, pero la vendedora había vuelto con lo que había encargado y se encontraba parada frente a mí. 

Él es mayorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora