capítulo 1

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—me gustas

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—me gustas.

Guardo silencio, fueron pocos segundos que para mí lo estaban siendo todo. Una pregunta respondida con una respuesta inexistente. El peso en mi espalda, las manos sudorosas.

¿Por qué me duele tanto el pecho?

Sé su respuesta. Sé lo que me va a decir. No debo volver a intentarlo. Pero soy tan estúpida, que vuelvo en los peores momentos y se lo repito en la cara. ¿Cuál es el punto? Al final. Cuantas veces le diga «te amo» no cambiará el orden de las cosas entre nosotros. 

—Sakura, yo no...

Misma excusa, año tras año.

Otra vez.

Ignoro su respuesta. Ya es costumbre. La lanzo una mirada sería, antes de seguír de largo. Paso a su lado, mirándolo de reojo. Él solo camina hacia adelante. No me da siquiera la importancia como para volver a mirarme.

Un nudo se forma en mi garganta. Y me arden los ojos de contener las lágrimas. Algunos donceles se cruzan en mi camino, observandome con curiosidad.

¿Qué demonios miran?

Apresuró mi paso. Escondiendo la cara con mi cabello, aprieto las carpetas y hojas de la escuela contra mi pecho. Algo me duele, aunque sigo sin saber el por qué.

Entro al baño de la escuela. Abro la puerta de uno de los baños individuales. Cierro la puerta detrás de mí.

Me duelen las piernas.

Las rodillas me flaquean, me quema el cuerpo. Todos mis apuntos se deslizan de mis brazos, esparciéndose por el suelo del baño. Las hojas se me resbalan, y se manchan con la suciedad del piso.

Mi cuerpo pesa demasiado. Tanto, que siento no tener la fuerza suficiente como para mantenerme de pie. Recargo mi espalda en la puerta. Me doy la libertad de dejar caer las lágrimas.

Llevo los brazos a mi cabeza. Me tomo la cara entre mis manos, intentado esconderla entre ellas.

El picaporte de la puerta es abierto.

Me muero el labio, y me resisto los deseos de explotar en un llanto. Los murmullos bajos de dos voces son audibles, charlan entre ellas. Hay tanto silencio a excepción de su conversación. Que es posible escuchar claramente como sus zapatos producen un ruido seco al chocar con el piso.

Entran juntas a uno de los baños.

—¿Escuchaste esa declaración?

Los latidos de mi corazón se aceleran, recibo una descarga eléctrica que recorre de punta a punta todo mi cuerpo. Me paro recta sobre mis dos piernas.

La voz contraria guarda silencio. No emite ningún sonido. Los golpeteos de mi pecho se vuelven más constantes a medida que pasan los segundos. Solo puedo escuchar el sonido de mis latidos. Son tan fuertes, que hacen que la cabeza me de vueltas.

—si. Pero según me contaron, un doncel irá a vivir a su casa.

Las paredes de la habitación se achican. Siento como me falta la respiración, no puedo controlarlo. Un calor desagradable me sacude, mi cuerpo no responde.

Sin darme cuenta, aprieto los dientes. Produzco un chillido insoportable, y cierro tan fuerte mis ojos que solo puedo ver estrellas. El dolor anterior en incomparable con el que siento ahora.

Emociones se mezclan en mi estómago. Algo estalla dentro de mí, todos esos sentimientos encontrados, destrullendome.

¿Por qué algo me arde por dentro? La traición me puede por completo. Amistad, mierda. Me siento tan usada. El odio produce que mi sangre hierba. Odio, desprecio, ira, repulsión. Eso me está matando.

Amarte Es Prometerte [Nueva Versión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora