Cincuenta y siete; Cariño

7.1K 433 815
                                    

Desperté al escuchar unas voces algo lejanas. Poco a poco fui abriendo los ojos, esperando encontrar a Justin a mi lado, pero no fue así. Extrañada, me incorporé y miré a mi alrededor. Lo de anoche no habría sido un sueño, ¿verdad?

Sin embargo, cuando le vi llegar por el pasillo con un carrito repleto de cosas para desayunar todas mis dudas se disiparon. No había sido un sueño.

—Hey. —Sonrió al verme despierta, dejando el carrito a un lado.

—Buenos días. —Froté uno de mis ojos, aún algo adormilada.

—Anoche te quedaste dormida —comentó sentándose a mi lado—. Me dejaste hablando solo, ¿sabes? —Se hizo el ofendido.

—Lo siento. —Me disculpé algo tímida.

Él rió y se acercó a mí.

—Estoy seguro de que podrás compensármelo —Dejó un beso sobre mi cuello—. ¿Te apetece desayunar? —Se giró hacia el carrito que acababa de dejar allí.

—Claro. —Sonreí mirándole.

Acercó el carrito hasta nosotros y volvió a sentarse junto a mí.

—Creo que han traído un poco de todo. —Hizo una mueca viendo lo que había allí.

—Genial porque me muero de hambre. —Lamí mis labios, antes de coger un cruasán de chocolate.

—De verdad que no sé dónde metes todo lo que comes. —Rió mirándome.

—Habló... —comenté sarcásticamente.

—Ya sé que estoy buenísimo —Pasó una mano por su abdomen—, pero gracias por recordármelo. —Me guiñó un ojo antes de coger él también un cruasán.

—¿Sabes? Un poco de humildad nunca está de más...

—Eres una exagerada —habló con la boca llena y yo esbocé una mueca de asco.

—Justin, no me apetece ver el cruasán que te estás comiendo así que me harías un favor si cerrases tu boca.

—¿Te da asco? —Abrió un poco más la boca y sacó la lengua.

—¡Justin! —Tapé su boca con mi mano, riendo— Que quiero desayunar.

—Está bien, está bien... —Rió apartándose un poco de mí.

Le miré algo desconfiada, pero al ver que no hacía nada más me centré en la comida de nuevo.

—¿Quieres café? —Me ofreció levantando la jarra.

—Sí, por favor. —Asentí antes de darle un nuevo mordisco al dulce que tenía entre mis manos.

Él lo sirvió en dos tazas y me tendió una a la que yo le añadí un poco de leche y azúcar.

—¿Tienes planeado hacer algo hoy? —Me miró.

Teníamos toda la mañana libre porque hasta la tarde no salíamos hacia Dallas.

—Sí, iré a ver a mis padres. —Lamí mis labios.

—Vaya —Esbozó una mueca—, yo que quería proponerte quedarnos aquí toda la mañana... —Pasó su mano por mi cintura, atrayéndome un poco hacia él.

—No me imagino lo que querrás hacer... —Rodé los ojos, pero una sonrisa tiró de mis labios cuando noté su nariz rozando mi cuello.

—¿Yo? Nada. —Sonrió también.

—Pues lamento fastidiar tus planes pero creo que te vas a tener que quedar unos días con las ganas. —Esbocé una mueca.

—¿Qué? —Se apartó un poco de mí— ¿Por qué? —Frunció el ceño.

Teenage Dream • jb [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora