Sentí que alguien entraba al baño, supuse que era Hoseok porque estábamos solos.

— ¿Necesitas ayuda?

— ¡No! ¡Vete!

— ¿Estás segura? Yo creo que la necesitas.

— Déjame en paz. — reí.

— Oh, vamos. No hay nada mejor que el sexo en la ducha para comenzar el día.

— Tengo hambre y tienes que alimentarme, es lo menos que puedes hacer después de robarme mi virginidad. — él carcajeó y luego salió, directo hacia la cocina.

Me puse un poco de su shampoo en el cabello, dándome suaves masajes en el cuero cabelludo. Olía a él, eso me encantaba. Unos minutos después de enjabonarme y quitar el shampoo, tomé una de sus toallas del mueble y sequé mi cabello, luego mi cuerpo y la envolví alrededor de éste.

Busqué mi ropa por todas partes pero no la encontré, estaba segura de haberla colocado sobre el mármol. Hoseok. No había otra explicación racional para la desaparición de esas prendas.

— ¡Voy a matarte! — dije apareciendo en la cocina.

— Wow nena, me estás matando en este momento. — dijo él, repasando mi cuerpo con su mirada.

— ¿Por qué escondiste mi ropa?

— ¿Esconder qué? — preguntó canturreando.

— Dime ahora mismo donde esta si no quieres morir.

— Morir en tus brazos no suena mal.

— Deja de hacerte el chistoso, necesito mi ropa.

— Te la devolveré después de desayunar.

— Hoseok... Estás agotando mi paciencia.

— Está bien. — bufó y rebuscó una bolsa que estaba colgada en una de las sillas— Toma.

— ¿Escondiste mi ropa en la cocina?

— Nunca podrías encontrarla.

— Qué ingenioso.

Desayunamos tranquilamente, aun nos sobraba tiempo para ir al colegio. Pasamos la mañana entre risas, luego de un par de besos nos aprontamos y fuimos al aula.

Estaba feliz de estar con él, no me arrepentía de lo que había pasado, sabía que lo quería. Intenté darle un beso cuando estuvimos en nuestros asientos pero él movió su cara, no entendía el motivo.

Si mal no recordaba él me prometió arreglar las cosas, supuse que eso significaba formalizar nuestra relación pero él aun no quería que nadie supiera acerca de lo nuestro y eso me parecía muy extraño.

— ¿Cuál es el problema ahora? — cuestioné molesta.

— Ya hablamos de esto, no empieces.

— ¿A qué te refieres con esto? No fui yo la que prometió que cambiaria, prometiste que harías el esfuerzo para que estemos bien.

— Lo hago, _____.

— ¿Después de lo que pasó ayer aun tienes dudas? ¿No fue suficiente para ti?

— No empieces con tus preguntas, por favor.

— Estoy harta de esta situación, siempre es lo mismo.

— Lo sé, pero si me das algo de tiempo lo arreglaré.

— ¿Para qué necesitas tiempo? ¿No estás seguro de sentir algo por mí?

— _____...

— ¿Sabes qué? Si vamos a seguir así prefiero que lo dejemos aquí. — dije furiosa.

— ¿Estás abandonándome?

— No, tú lo estás haciendo con tus actitudes.

— ¿Cuál es el punto de que todos sepan que tenemos algo?

— Tu vas por la vida acostándote con todas las mujeres que se te cruzan, tal vez eso podría cambiar si saben que tienes una novia.

— No tengo una novia.

— Maldito idiota. Debí imaginar que no cambiarias. — dije sintiendo como las lágrimas se acumulaban en mis ojos, pero no lloraría, no frente a él.

— No llores, por favor.

— Vete a la mierda.

— ¡Cuida esa boca!

— Ni se te ocurra volver a hablar conmigo. — dije saliendo del salón, aun tenía unos cuantos minutos para llorar sola antes de que la profesora entrara.

Mis amigas me siguieron y fuimos al patio, les conté lo sucedido y me descargué con ellas. No permitiría que Hoseok jugara conmigo, lo quería, pero mi orgullo era algo que nunca perdería.


Perdon por la demora, estaba muy ocupada. Gracias por sus comentarios y votos.


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Que tengan un lindo dia.


Nada Es Lo Que Parece (Wonho & Tu)Where stories live. Discover now