Frente al pasado.

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  Capítulo 13. Un mes ha pasado, Celia y Rosario esperan sentadas dentro de una tienda de vestidos para novia, las ansias, la alegría están presentes, después la espera llega a su fin, Marisol sale con un hermoso vestido blanco, moviendo su rostro de izquierda a derecha, haciendo una referencia, felizmente pregunta.
-¿y cómo me veo?
-¡hijita luces hermosa!- Celia admirada ve a su hija.
-¡Dios mío! Mi Leonardito se quedara sin palabras en cuanto te vea- Rosario decía emocionada.
-¡Estoy tan contenta, por fin mi boda!
Mientras las horas transcurrían Leonardo se encontraba en un restaurant esperando cerrar un contrato de compra-venta de un terreno para construcción, levanto su taza de café y dio un sorbo, por la puerta entraba una hermosa mujer, segura, seductora y exuberante, enseguida dirigió sus pasos sensuales hasta la mesa donde se encontraba Leonardo, el sorprendido ante la presencia de aquella mujer, inmediatamente la reconoció y la nombro.
-¡Vanessa! ¿Qué haces aquí?
-¡Que pequeño es el mundo! Nunca me imaginé que mi cliente con quien cerraría la compra, fueras tú, como has cambiado, ahora eres todo un profesionista, elegante y educado.
-¡Veo que no has cambiado Vanessa! ¡Por lo que veo tu belleza es tan grande como tu ambición!
Vanessa sonríe, después se dirige a su espalda, lo acaricia de los hombros, agachándose hasta tener su boca cerca del oído, le dice.
-¡Gracias a esta belleza he logrado mis objetivos y no hay ningún hombre que se resista a mí!
Leonardo trata de evadirla, incomodo por la situación continua muy ético con su trabajo.
-¡Vanessa! Por favor toma asiento y cerremos el trato del terreno.
-¡Como tú digas!
Vanessa no le perdía la mirada a Leonardo, parecía no importarle el negocio, aunque sabía que ese contrato era el comienzo en su nuevo trabajo.
Después tomo su taza de café. Con los labios humedecidos por la bebida, sensualmente los mordía tratando de provocar a Leonardo, enseguida debajo de la mesa, Vanessa dirigía su pie sobando sensualmente el pie de Leonardo, lentamente acariciaba hasta llevarlo a su ante pierna.
Leonardo quedo paralizado ante la situación mientras Vanessa sonreía divertida su mente se rebelaba trayendo a ella imágenes del cuerpo desnudo de Leonardo, el recuerdo de hace años haciendo con Leonardo el amor, cada fibra de su ser le provocaba deseo, más que nunca lo ansiaba. Lo había echado de menos.
Sin embargo Leonardo hizo un sonido de desaprobación y con un movimiento rápido le agarró la pierna con una mano y con la otra las dos muñecas inmovilizándola. Ella trataba de forcejear para intentar liberarse, pero su mano se mantuvo firme dándose cuenta de que la había inmovilizado todo el cuerpo, de inmediato Vanessa sentía una oleada de lujuria, pero en cuestión de un segundo eso termino.
-¡No Vanessa! Ya no voy a caer en tu juego, ¡no me provocas nada! Ahora que ya firmaste, por favor no me busques, el trato está cerrado y con él también me olvido de que existes.
-¡No digas eso! ¡Yo nunca he dejado de amarte! Y esta vez no te volveré a perder, o acaso ¿En tu corazón hay alguien más?
-¡Si Vanessa! Otra mujer que hoy ocupa por completo mi corazón.
En ese momento Leonardo tomo sus cosas y dejo sola a Vanessa en ese lugar.
-¡Leonardo! No te vayas ¡tú me amas a mí!
La noche había caído, dentro de la casa Celia, Rosario, Jacinto, Genaro y Marisol cenaban mientras platicaban de los preparativos de la boda.
-¡Sera una gran boda!- decía Rosario.
-¡Hermana de verdad que me hace muy feliz imaginarte de blanco en tu boda! ¡Quiero muchos sobrinos he!- Genaro le afirmaba mientras reía.
-¡Huy hijo! Nosotros ya la vimos de novia y se ve bien chula, ya no te diremos más porque ya no tarda en llegar Leonardo y es de mala suerte hablar de la novia y su vestido.-Emocionada Celia decía.
Fuera de la casa llegaba el auto de Leonardo, quien gustoso se bajó y se adentró a la casa, detrás de su auto, otro se estacionaba, Vanessa lo seguía, creía que vivía solo, lentamente lo siguió, al ver que dejo el portón abierto siguió su paso hasta la casa, observando con detalle, se posó detrás de la ventana.
-¡Hasta que llega mi Leonardito! Decía Rosario.
Enseguida Leonardo beso a su abuela, después Celia le servía un vaso de leche, Vanessa seguía asombrada en la ventana y al ver a su madre quedo completamente sorprendida.
-¡Mi madre! Es ella.
Sus ojos esta vez se nublaron, parpadeaban al volver a ver a Celia después de tantos años, ella seguía detrás de la ventana, dentro de la casa Leonardo seguía.
-¿Y dónde está el amor de mi vida?
De la cocina salió Marisol quien animada le respondía.
-¡Aquí estoy amor!
Ella contenta lo recibía con un cálido abrazo, después el toco su rostro, mientras un beso apasionado sellaba aquella hermosa escena de amor.
Vanessa había visto todo, con toda la tristeza y dolor del mundo, ella rabiaba, tal vez una envidia, tal vez el sentirse derrotada ante un amor, tal vez tanta felicidad que ella no tenía la ahogaba por dentro, no existía dolor más grande que el que ella sentía en ese momento, Furiosa se dirigió a la puerta principal y entro a la casa.
Sus pasos eran culminantes en ese momento, el silencio nuevamente se hacía presente, su corazón latía más de lo normal, ella junto sus manos y comenzó a aplaudir mientras estaba frente a frente con su pasado.
-¡Bravo! ¡Bravo! Por eso me rechazaste Leonardo.
Enseguida todos giraron teniendo la mirada en Vanessa, había cara de sorpresas, suspenso, temor, ilusión, amor, alegría en especial la de Celia.
-¡Hija mía! ¡Yo sabía que algún día volverías! ¡No sabes cuánto te he extrañado!
Vanessa nuevamente aparento no mostrar ningún afecto por su madre.
-¡Hace años te enterré en mi pasado! Así que ahórrate tus comentarios ¡SEÑORA!
Ese comentario mato con el poco amor que Celia tenía por su hija, con las ilusiones de verla a su lado y que cambiara su pensar.
-¡No le hables así Vanessa!- Marisol gritaba desde los brazos de Leonardo.
-¡Tu cállate maldita! Que bien me da mucho gusto que hayas logrado tus sueños, me imagino que te tardaste años- Vanessa se burla- Pero ahora vengo a darte mis peores deseos, ¡No te burlaras de mi maldita! ¡Leonardo es mío solo mío!
Leonardo enojado estallo contra Vanessa.
-¡Te equivocas! ¡Pronto me casare con Marisol! Toda tu vida no has hecho nada más que solo desgracias, así que vete por favor.
-¡Si hermana! Vete por favor, ya no hagas más daño- Genaro interpuso su comentario.
-¡Por Dios! ¿Tú Genaro? más daño hiciste al ser un delincuente, imagínate el daño que causaste, ¿A cuántas personas le arrebataste la vida? ¡NO, ESPERA! ¿A cuántas les quitaste el dinero de sus bolsillos?- No me juzgues hermano, al igual que yo, tú también eres un monstruo.
En ese momento Celia se acercó hasta donde se encontraba Vanessa, apretándola de los brazos, le dijo.
-¡Ya cállate Vanessa! Vete por favor, déjanos vivir en paz.
Vanessa había quedado sorprendida ante el comentario de su madre, no creía lo que ella le diría.
-¡Esta bien me largo! ¡Todos son una basura! ¡Todos me han traicionado! Les dejo mis peores deseos.
Vanessa salió enojada del lugar, aunque por dentro estaba derrotada y más aún, al saber que Leonardo, el único hombre que ella amo, estaría por casarse con Marisol.  

AMOR DE MADRE (Historia Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora