El paso de los años.

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  Capítulo 3. Y en el otro departamento se encontraba Celia mirando atenta un cuadro religioso.
-¡Dios mío! Ayúdame a salir adelante con mis hijos, ponlos en el buen camino, tu bien sabes que me he esforzado, trabajando en casas, lavando ropa ajena, todo porque ellos se alguien en la vida Ayúdame Dios...
Sin embargo el tiempo fue su aliado...y pasaron largos 17 años después.
Por las calles de la ciudad se ve una mujer muy elegante, con un vestido rojo, desprendiendo un olor a violetas, todos los hombres que están cercas de su paso, voltean, levantando suspiros, piropos y despertando el deseo en ellos.
-¡Ashh! ¡Hombres tenían que ser!
Esa misteriosa mujer entra a un elegante salón, la puerta de cristales asoma un letrero decorado a detalle con el mensaje de ¡GRADUACION! Una joven de tez blanca y pelo dorado rizado se acerca a ella.
-¡Vanessa! Qué bueno que llegaste, vamos a la mesa ya te estábamos esperando desde hace rato.
-En serio discúlpame, es que mi chofer se atrasó un poco.
-y ¿tus papás? ¿No vendrán?
-¡No! papá se ocupa con los inversionistas en los países extranjeros y mamá ni se diga.
-¡Bueno, nunca se nos hace conocer a tus padres! Lo importante es que ahora serás toda una arquitecta
Vanessa siempre había ocultado su origen, incluso a su madre, pues el saber que no pertenecía a una familia distinguida le apenaba hasta el alma.
Mientras tanto en los departamentos humildes de la ciudad se encontraba Marisol quien bordaba un vestido, mientras su madre recortaba una tela floreada.
-¡Hay mamá! Lamento mucho que no hayas ido a la graduación de mi hermana, tú deberías de haber estado ahí.
-Lo se hija pero ya vez que Vanessa dijo que solo le habían dado cortesía para una persona.
-Pues qué raro mamá, ¡yo he visto graduaciones donde va la familia entera!
-Es que a la escuela donde va tu hermana, tú sabes que es muy prestigiosa.
-Si mamá, tú y yo nos hemos esforzado por pagarle el estudio en esa escuela, ¡ya vez que hasta yo tuve que dejar la universidad cuando recién comenzaba!
-Si hija, pero ya verás que ahora que tu hermana se reciba, nuestras vidas cambiaran.
-¡ojala mamá! Y que me ayude para continuar con mis estudios universitarios, y ojala y no se olvide de nosotras así como lo hizo Genaro.
-¡Hija tu hermano, algún día volverá! ¡Él se fue en busca de un trabajo hace años! Pero por ahora hay que trabajar duro con los bordados, por cierto, ve llévale su mantel a doña Rosario ya está listo.
Marisol tomo el mantel y se dirigió hacia el departamento de Rosario, quien se encontraba sentada en la sala mientras colgaba con alegría el teléfono.
-¡Doña Rosario aquí está el mantel terminado!
-¡Gracias hija! Toma aquí está el dinero.
-¡Gracias Doña Rosario! Pero dígame ¿Por qué tan emocionada?
-¿Te acuerdas de Leonardito?
-¡Si, como olvidarlo, si pasábamos horas enteras jugando! Hasta que cumplió 15 años, y su padre se lo llevo a los estados unidos.
-¡Si muy triste, su despedida! ¿Pero qué crees...?
-¿Que doña Rosario?
-Que ya mañana estará de regreso con nosotros.
Marisol se sintió emocionada, pues tan solo de imaginarse el regreso de Leonardo le provocaba una alegría tan fuerte que era capaz de contagiar a cualquier persona.
Mientras tanto en un barrio de la ciudad se encontraba Genaro con sus amigos, quien todos estos años había dedicado su vida al mundo de la delincuencia y las drogas.
-¡Qué onda Genaro! ¡Esta noche iremos a la tienda que esta por la zona verde!
-¡Así es! Tendremos que vaciarla para sacar una lana.
El tiempo los había formado en amantes de lo ajeno.
Sin embargo a Vanessa el tiempo la había formado con una buena carrera, sin embargo su hambre, sus carencias y vivencias sufridas le habían alimentado el alma de amargura y maldad.
-Ahora es el turno de la señorita Vanessa González Rodríguez, un fuerte aplauso a nuestra graduada de arquitectura.- Mencionaba el director de la carrera mientras le entregaba su diploma.
El triunfo de Vanessa en la universidad no se hizo esperar, una gran noche para ella, su satisfacción personal la llenaba de júbilo sintiéndose orgullosa, al terminar el evento las demás familias abrazaban a sus hijos con mucho cariño, el salón se inundaba de armonía, de calor familiar, mientras que en Vanessa la soledad y el remordimiento la bombardeaban.
-¡Debí traer a mi madre! Ella estaría muy orgullosa de mi...y mi padre este triunfo es para él, desde el cielo sé que está conmigo.
Sin embargo su origen le provocaba vergüenza...
-¡No, no, no! que estoy diciendo; mi madre, Marisol, Genaro, ellos no pertenecen a este mundo ¡Mi mundo!
Ese orgullo no la doblegaba, seguía en pie con sus pensamientos, de pronto se acercó Maximiliano, con quien sostenía una relación amorosa.
-¡Mi amor te he estado buscando durante todo la fiesta! Y ahora que te encuentro quiero llevarte a conocer a mis padres.
-¡Hay Max perdóname! Andaba un poco ocupada.
-¡Bueno vamos! Porque te tengo una sorpresa.
Vanessa y Max poco a poco se acercaban a una mesa donde se encontraban una pareja distinguida, formal y sobre todo de categoría, "Los Arizmendi Arteaga"
-¡Padre! ¡Madre! Le presento a mi novia Vanessa.
La señora Griselda Arteaga observaba con detalle a Vanessa, no le perdía la mirada, pareciera que había quedado intacta hacia sus pupilas, sin embargo el Señor Arturo Arizmendi sonreía con agrado hacia la joven.
-Tomen asiento, y dime Vanessa a que familia Perteneces.
-A la familia (Vanessa dio un trago de saliva, nerviosa contesto) a los González señora.
-¡Muy bien! ¡Los González! Dueños de los hoteles Paraíso ¿Verdad?
-No señora ellos...
En ese momento interrumpió Arturo.
-¡Ya los conoceremos Griselda! Mejor felicítalos por su graduación.
Después de la felicitación entraron al lugar una orquesta, Maximiliano saco una caja chapeada de oro, se puso de rodillas frente a Vanessa y le dijo:
-¡Vanessa mi amor! ¿Te quieres casar conmigo?
Emocionada y consternada, sus pupilas saltaron de emoción, ella sabía que al aceptar por fin tendría un mundo el cual toda su vida deseaba... por un momento permaneció en silencio... después con mucha alegría acepto.
-¡Claro mi amor! ¡Claro que acepto!
Todos los presentes aplaudían al ver aquella pareja enamorada quien respondía a su atracción sellando la propuesta de matrimonio con un dulce beso.
En el departamento Celia Esperaba con ansias a su hija, deseaba felicitarla por su triunfo, darle cariño y demostrarle el apoyo que hasta ahora le había brindado.
Sin embargo dieron las 12 am... la 1 am... las 4 am...
Y Celia seguía en vela esperando a su hija, pero su espera nunca llego, poco a poco cerraba sus ojos parcos hasta quedarse dormida, agotada y con la ilusión de ver llegar a Vanessa.  

AMOR DE MADRE (Historia Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora