Capítulo 5 | Hannah

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—B-Buenas noches, Steph—susurro con a voz entrecortada y vuelvo a acostarme en la cama, pero no puedo dormir. No puedo conciliar el sueño.


~*~


No puedo dejar de pensar en qué es lo que haré. He estado toda la semana intentando decidir qué es lo mejor. No puedo dejar de darle vueltas a todo lo que Steph me dijo acerca del pasado de Logan, y al mismo tiempo no quiero juzgarlo por ello.

 Lo he visto varias veces en el transcurso de la semana, pero actúa como si no me conociera en lo absoluto. Es extraño comparar las diferentes versiones de Logan que he tenido a lo largo del poco tiempo que llevo conociéndolo. El Logan caballeroso que se detuvo a mitad de la noche, en medio de una tormenta sólo para ayudarme; el Logan imbécil que fue segundos después de haberme ayudado; el Logan arrogante de la cafetería, el Logan violento del inicio de nuestra cita, el Logan dulce y amable, y finalmente, el Logan indiferente que camina por el campus sin siquiera mirarme. ¿Cuáles son parte del Logan real?, ¿Cuáles son parte de la máscara que utiliza con el mundo?...

 Estoy abrumada y confundida. No creo que ir a su pelea sea lo mejor, pero tampoco quiero dejarlo plantado.

 "No espera a que vayas a verle pelear, realmente. Si le interesara que fueras, te habría buscado para confirmarlo." Me dice mi cabeza cuando la absurda idea de ir a verlo me asalta.


Es sábado por la mañana cuando Steph me comenta acerca del plan que tiene con sus amigos de ir a un bar, invitándome a ir con ella.

A pesar de que quiero asistir a la pelea, me digo a mi misma que lo mejor es alejarme de él ahora que tengo oportunidad, así que acepto ir con Steph al bar.

Pasamos el resto de la tarde haciendo tareas y proyectos y, cuando falta una hora para que salgamos, me meto a la ducha. Al salir, me enfundo en unos vaqueros entallados y una blusa negra de mangas largas y botones al frente.

—Ponte ésta —Steph lanza algo en mi dirección y yo lo atrapo en el aire.

El delicado material de la blusa se resbala entre mis dedos. Extiendo la blusa y noto las transparencias en la parte de la espalda. Una punzada recorre mi pecho al recordar el aspecto de mi espalda y trago duro, intentando aminorar el nudo que comienza a formarse en mi garganta.

 —Creo que me gusta la que traigo, pero gracias —sonrío en su dirección y la veo rodar los ojos.

 —Deberías mostrar un poco de piel, mujer. Unos encajes no te irían mal —bromea y me dejo caer en su cama, husmeando en su bolsa de cosméticos.

 —No me gusta enseñar mi espalda —digo automáticamente.

 —Yo odio mis brazos —dice, haciendo una seña a sus hombros—. Son tan anchos que bien podría golpear tan duro como un luchador.

 Al escuchar la palabra "luchador" mi expresión decae. No puedo evitarlo. No puedo evitar sentirme un poco decepcionada de mi misma. —Préstame éste labial tinto —digo intentando sonar alegre, pero fracaso terriblemente.

 —Es todo tuyo —dice, sin apartar su vista de mí.

 Yo tomo el pequeño tubo y camino hasta el tocador para comenzar a maquillarme.

 — ¿Han?—su voz suena cautelosa.

 — ¿Sí? —no quiero mirarla. Sé que si la miro, va a leer mi expresión. Soy como un libro abierto. Todo mundo puede leerme. Todo mundo puede saber qué siento sólo con mirarme.

Destroy Me | Logan LermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora