39. Deseos

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No hay que prometer nada porque las promesas son horribles ataduras, y cuando uno se siente amarrado, tiende a liberarse, eso es fatal.
(Mario Benedetti)


Deseos.

Promesas.

Ninguno de los dos se cumple.

Él me había dicho, la noche de nuestra primera vez, que era mío... "Siempre seré tuyo", "Quiero una vida contigo", "Sé que no volveré a sentirlo por nadie", me había dicho, con labios rotos, en aquel bar en Guanajuato.

Al menos yo cumplí mi parte. "Tampoco volveré a sentirlo por nadie que no seas tú". Y no lo he hecho. Cuatro años han pasado, muchos o pocos más pasarán y no habrá nadie más para mí.

Y los deseos...



"2013 diciembre:

Era final de semestre. Nunca supe qué era lo que Magnus no quería que permitiera. No volvió a tocar el tema ni a actuar como aquella vez.

Todo parecía normal. Como siempre. Nos amábamos y cuando hay amor nada más importa...

Eso se supone.

Eso parecía.

Era semana de exámenes. Proyectos finales. Etcétera. Entonces no podíamos vernos tanto. Teníamos planes a futuro, una vida juntos, una casa, una boda algún día, y no íbamos a arruinarlos por una mala calificación.

Pero nunca perdimos contacto. No podíamos, no podía, vivir sin el otro.

Siempre habría mensajes. Siempre tendríamos Facebook. Siempre podíamos ser virtuales y amarnos con palabras.

Siempre habría un ‹‹Te amo››

En Letras era costumbre que hubiera una representación teatral para fin de año.

Ese año fue La verdad sospechosa.

‹‹Un hombre y una mujer se gustan y los comprometen en un matrimonio arreglado. Pero él, por un malentendido, confunde su nombre.

Entonces él está en realidad comprometido con la mujer que quiere, pero no lo sabe porque cree que se llama diferente, cree que su compromiso es con la amiga de ella.

Así que, para no casarse con una mujer que él no quiere, hace hasta lo imposible para que cambien a su prometida. Y el día de la boda se da cuenta de su error...››

—Tú tienes la culpa —había dicho el padre—. Que si al principio dijeras la verdad a esta hora...

La tendrías a ella.

Magnus había presionado mi mano con la suya y sus labios en mi mejilla que se había calentado al instante. —Eso es una tontería —había susurrado en mi oído—. Como Romeo y Julieta, siempre hay malos entendidos que terminan en tragedia y finales infelices como estos...

La gente nos callaba y nos veía mal, así que no pude contestar.

El problema siempre es creer saber cuando no es así. Suponer no lleva a otra cosa que finales de este tipo.

Pero esas eran tragedias y comedias. Esto es la vida real y aquí no pasa, porque cuando amas hay comunicación...

...o eso se supone.

No supe por qué lo hice. Tome su barbilla con mi mano y lo hice girar, busqué algo en sus ojos, algo, lo que sea, cualquier cosa, pero yo sólo veía amor ahí, tal vez reflejo del mío. Él sonrió y yo junté nuestros labios.

Y fue un beso...

...de esos que recuerdas con lágrimas porque fue perfecto.

Pero eso. Fue. Pasado.

Esas vacaciones no pudimos pasarlas juntos, por supuesto.

Yo me quedé en la ciudad con mi familia. Él y la suya viajaron.

Su familia no veía bien nuestra relación.

A las 11:55 pm del 31 de diciembre de 2013 mi celular sonó y era él.

Estuvimos hablando hasta que el año cambió.

‹‹Pide un deseo conmigo››, había dicho Magnus.

‹‹Tú››, no dudé.

‹‹Siempre››, prometió, primera promesa de año nuevo, ‹‹Me tienes y tendrás siempre››.

Deseo y promesa, dos rotos en uno.

El primero de muchos.

La primera de muchas.

Porque, aparentemente, en la vida real también había malos entendidos y verdades ocultas."




¿Cómo una historia que parecía perfecta pudo terminar?

¿No dicen eso? El verdadero amor no tiene final feliz, simplemente porque no tiene final...

Yo sé que el nuestro era, es, real...

¿Qué pasó entonces?

Y esto es algo que nunca podría aceptar que publiquen.

El 2014 fue como un huracán. Destruyó todo a su paso.

Y los huracanes siempre tienen nombre.

El 2015 fue el recuento de los daños.

El 2016 fue recoger los escombros y seguir...

Amor entre libros (Malec)/DISPONIBLE EN FÍSICOWhere stories live. Discover now