Capítulo 10

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- Tengo que irme de tour...

Vaya...

***

Me senté en el suelo, con las piernas cruzadas a lo indio, en frente de la mesa baja blanca que había entre la televisión y el sofá. Mi hermana salió de la cocina, mordiendo una chocolatina que había sacado de un cajón que nos vetábamos la una a la otra cuando comíamos más de las que teníamos permitidas. Esta semana estaba vetada yo. Apoyé los codos en la mesa, un poco echada hacia delante, con los labios un poco arrugados y el corazón tierno.

Le echaba de menos.

- ¿No podías haber pedido para ser parte del staff que iban a acompañarlos? - Preguntó, frunciendo el ceño mientras se dejaba caer en la parte del sofá que no ocupaba el gato, soltando un suspiro cuando estuvo envuelta en la enorme manta de pelo. - Antes podías hacerlo ¿no? - Añadió, colocándose un cojín justo detrás de la cabeza.

- Sí que podría haberlo hecho... - Sus cejas se elevaron al mirarme y se inclinó hacia delante, haciendo que el cojín se escurriera hacia abajo, chasqueó la lengua, colocándolo otra vez, manteniéndose echada hacia atrás.

- ¿Y por qué no lo hiciste? - Solté aire, encogiéndome de hombros mientras me deslizaba hacia delante sobre la mesa, apoyando la mejilla en la madera blanca, con los brazos estirados, esquivando tazas vacías, un par de revistas de moda y un libro grueso.

- Porque no. Porque no quería que pensara que lo hacía porque no confiaba en él o... algo.

- Tonta.

- Es complicado - bufé, alzando la cabeza, con la barbilla apoyada, mirándola con el ceño fruncido. Ella se encogió de hombros, sin mirarme a mí, con los ojos clavados en su chocolate, se hacía la dura pero en realidad mi hermana era un dulce.

- Tres semanas, en realidad, no es nada de tiempo.

- Lo sé - asentí y ella levantó la vista.

- Entonces ¿de qué te preocupas? - Me eché hacia atrás, levantando el cuerpo de la mesa, negando con la cabeza, agarrándome a las patas de madera y echándome hacia atrás, haciendo equilibrio.

- No me preocupa nada. - Mi hermana rodó lo ojos y apreté los labios, fijando los ojos en una de las tazas del desayuno.

- Venga ya. - Nos miramos, a los ojos y en silencio durante unos segundos. No quería decirlo en voz alta porque no me parecía bien sentirme de esta manera, pero no podía evitarlo, y me daba un poco de rabia. Ella sonrió, subiendo los pies al sofá. - Es normal que te sientas insegura.

- No, no lo es - suspiré, volviendo a una posición normal, pasándome las manos por el pelo. - Es Jimin.

- Sí, y la última vez que estuvo de tour cuando estabais saliendo te dejó mientras estaba con otra tía.

- No hizo nada con ella. - Le defendí, poniendo los hombros rectos, hablando deprisa. Mi hermana se encogió de hombros.

- Aún así, ahí hubo una pérdida de confianza y habéis vuelto juntos solo hace dos semanas. Es normal. - Se inclinó hacia delante y soltó el envoltorio limpio de la chocolatina en la mesa, inmediatamente lo recogí, abriéndolo del todo, estirándolo con los dedos, dejando que los colores metalizados y las letras brillantes me llegaran a los ojos todos a la vez.

- ¿De verdad es normal?

- De verdad.

- Me siento mal por sentirme así. 

- ¿Tienes pensado contárselo cuando vuelva? - preguntó y yo negué con la cabeza.

- Ni loca. - No me atrevería, mirarle a los ojos y decirle que no confiaba en él... del todo. Si le decía eso sabía que iba a romperle el corazón, no iba a hacerlo, iba a guardármelo para mí y a solucionarlo. De todas formas era Jimin, Park Jimin, y... no sería difícil volver a estar como antes. - Lo echo un montón de menos - susurré, frunciendo el ceño.

Cuddling - Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora