26. Herederas.

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-Clary, si sigues ahí arriba, te caerás, no me dejarás viudo antes de tiempo, y con dos monstruitos pelirrojos que parecen sacar energía de las piedras- Dijo Jace mientras yo subía una escalera buscando en las altas estanterías de las biblioteca. Solo solté una risita y negué con la cabeza al seguir escuchando sus insistencias.

Algo que pudiera servir para encontrar al atacante de las hadas, yo creía que se trataba de un demonio, Jace y Alec de un psicópata con sed de sangre, como lo había sido Sebastián, a todos nos molestaba la idea de volver a lidiar con algo peligroso otra vez, no tenia mucho que nos habíamos librado de mi hermano, y ahora venían más problemas encima nuestro.

Tomo unos cuantos libros, los coloco debajo de mi brazo y voy bajando lentamente la escalera, cuidando de no tropezar y romperme un hueso y de los "te lo dije" de cierto rubio preocupado por mi salud, desde que había despertado se preocupaba demasiado por mí, sabía muy bien que tenía miedo de que lo abandonara otra vez, y esta vez no sólo a él, sino también a nuestras hijas. Bajo el último peldaño y camino hasta la mesa poniendo los libros en la mesa, miro a Jace y sonrío, levantando una ceja.

-¿Lo ves? No morí, no te dejé viudo y con dos monstruitos hermosos. Sana y salva. A que ya no puedes vivir sin mí.- Me acerco a él y dejo un beso en sus labios, que él no tarda en corresponder con solo milésimas de segundo de diferencia, sujeta mis caderas, volviendo el beso más profundo y emotivo, rodeo su cuello con mis brazos atrayéndolo más a mí.

Finalmente nos separamos por falta de aire, lo miro a los ojos y sonrío.

-¿Hace cuanto que no hacemos algo en la cama que no sea dormir?- Dice con una sonrisa ladina, ruedo los ojos y rio.

-Hace tiempo, pero en estos momentos no tenemos tiempo para dormir, o para hacer algo diferente en la cama, ya sabes a lo que me refiero rubio, y la biblioteca es para leer, no para hacer cosas insanas. ¿Recuerdas aquella vez que Magnus nos vio muy juntos?.- Digo separandome totalmente de él, doy media vuelta sobre las puntas de mis pies y tomo un libro para empezar a leerlo, escucho detrás de mí como Jace suelta un bufido. El cual me limito a ignorar y busco algo acerca de criaturas que tuvieran relación con la sed de sangre. Habíamos descartado a los vampiros después de que Alec y Jace habían ido a interrogarlos. Era un milagro que salieran ilesos de ahí, al parecer a los vampiros les resultaba ofensivo el que los tomaran como posibles agresores, después de que ellos habían formado parte de la Paz Fría.

También descartamos a los lobos. Ellos también formaron parte del acuerdo, además de que los cuerpos no presentaban rastros de heridas brutales como las que lograban hacer los lobos.

Sin embargo, después de una autopsia a diferentes cuerpos. Con el consentimiento de la reina Seelie. Pudimos obtener unas cuantas pistas, no nos llevarían directamente al agresor, pero nos facilitarían la búsqueda. Las pistas estaban conformadas por: labios resecos en la víctima, los cuerpos eran depositados en lugares poco concurridos, las marcas del hada estaban llenas de cortes, como si quisieran borrarlas, algunos de los cuerpos carecían de ojos, otros carecían de uñas o dientes. Por último, ningún cuerpo tenía sangre, no había herida alguna que pudiera drenar por completo la sangre de las hadas, las heridas provocadas en las marcas eran poco profundas. No había forma de que alguien se desangrara por aquellas heridas.

Después de buscar en varios ejemplares de la biblioteca, apilo los libros en una torre, que puesta en una de las mesas del lugar, esta me superaba en estatura, como muchas de las cosas en el instituto. Miro a Jace, el cual parecía estar muy concentrado en un libro con el lomo color marrón, sonrio al verlo de esa manera y me acerco a él acariciando su espalda.

-Deberías descansar Jace, ya te la pasaste toda la noche buscando más pistas con Alec y Simón. Y sabes que aún debemos cuidar que Simón no se corte una mano con el cuchillo serafín. -Lo escucho reír y le quito el libro cerrándolo y dejándolo en la mesa. -Descansa está noche. Yo me ocuparé de Kathie y de Ellie.

 Herederos de los ángeles •CDS• (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now