3. Luna de fresa con menta

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3.

Bin entro en la habitación y notó que Dong Min ya se estaba quitando sus incómodas ropas, aunque sufría en el intentó de hacerlo. No había notado que le habían puesto una clase de corsé demasiado complicado, aunque había visto que de vez en cuando se sobara la espalda, nunca imaginó que sería tan incómodo... Hasta ver al pobre omega enredado entre cintas mirándose al espejo con algo de rabia en sus ojos... Incluso ganas de llorar.

Se acercó con cuidado sin que el mayor lo notará y el felino tomo su cintura haciéndolo saltar para luego agachar su cabeza encogiéndose.
Bin con cuidado le quitó el incómodo corsé y Min soltó un suspiro de alivio al sentir su cuerpo libre.

— ¿Estás bien? — Pregunto Bin preocupado y Min solo le asintió sin quitar su mirada del suelo.

Y el alfa ya no aguanto más, tomo sus hombros, lo enderezó y con su dedo índice levantó la barbilla de Dong Min dejándolo recto mirándose al espejo.

—Eres alto.

—Perdon.— Bin frunció el ceño mirando el espejo.

— Olvida todo lo que te enseñaron...

— ¿A qué te refieres Bin? — Se tapó su boca y retrocedió dos pasó mirándolo un poco asustado.

— ¿Me acabas de llamar por mi nombre?

— Perdon, por favor no me haga daño.— Volvió agachar su cabeza.

Bin tomo su mano su mano y lo arrastró hasta sentarlo en la cama. Min temblaba de miedo, es que es debería llamarle de usted así le habían enseñado.

—Me encanta cómo se escucha mi nombre tus labios.— Volvió a levantar su mirada con su dedo para conectarla con la suya.

—Pero...

—Ya dije mi única orden es que olvides todo.

— ¿Cómo?

—No agaches tu mirada me gustan tus ojos.— Bajo su dedo mirándolo con una sonrisa tierna mientras entrelazaban sus manos. —Que seas alto te hace encantador, sabes muchos idiomas, tienes mucha gracia cuando se trata de hablar con otras personas y sobre todo eres organizado... Incluso creo que tu eres más apto que yo para gobernar.— Los ojos de Min no podrían estar más abiertos. — Quiero que estemos de igual a igual...—

— Pero yo tengo...

—¿Servirme y obedecer?

—Si...

—Dong Min ¿Deseas casarte conmigo para que me acompañes en este reinado y seas mi compañía en lo que queda de nuestra vida?— Cambio el discurso del papa aturdiendo más a Min. — Se que en tu palacio te enseñaron a ser casi un sirviente para tu alfa, pero conmigo no será así. Ustedes los omega son tan importantes como un alfa.

—Siempre e querido que sea así...— Se le llenaron los ojos de lágrimas.

—Lo se, lo veo en ti, tienes muchas habilidades increíbles Dong Min... Voy a necesitar tu ayuda.— Lo abrazo acariciando su cabello. — ¿No te gustó? ¿Verdad?—

—Perdon.

—Deja de disculparte... ¿Sabes que hay que cerrar el lazo?— Asintió llorando aún más. —No quiero hacerlo si tú no quieres pero... Se darán cuenta si no lo hacemos.— Tomo las mejillas de Min y seco sus lágrimas con ternura para luego besar su frente.

—Tengo que...

—Tenemos que...— Le interrumpió. —No estás sólo cachorrito y prometo que te enamorarás de mi...—

Tú aroma [Astro Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora