Capitulo 17: Con solo palabras

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Todos alguna vez nos hemos quedado sin habla dejando a la otra persona esperando la respuesta pero por más que lo intentes no sale, hasta dicen la famosa frase "¿Te comió la lengua el gato?"

Esto algunas veces pasa por miedo a decir la verdad o simplemete porque en verdad nos quedamos sin respuesta, puede haber varios motivos para no hablar.

La albina en estos momentos no sabia que decir, de reojo miraba a la rubia quien la veía con nervios, obviamente no le iba a decir a la señora la verdad.

– Pues... ¿Quiere que le diga la verdad o un poco de mentira? – Sonrió nerviosa.

– La verdad, por supuesto

– Creo que... Ire por un poco de soda a la tienda ¿Quieren algo? – Dijo la rubia ocultando sus nervios.

– No hija , gracias ¿Tu quieres algo Puppet?

– No, así estoy bien

La rubia sin decir nada más se fue de ahí, no quería estar presente en esa platica, pero también tenia curiosidad por saber que diría la de pelo corto así que decidió quedarse a escuchar.

– Entonces  ¿Quién es? – Preguntó la señora una vez que vio que su hija se había ido.

– No le puedo decir quien es pero... Le puedo describir a esa persona

– Soy toda oídos

– Bueno, es una persona que nunca espere enamorarme de ella – La señora la observaba atentamente – Tiene una hermosa sonrisa que cada día brilla mas que el sol, su gran creatividad que tiene al hacer las cosas me encanta, cada platica que tenemos se me hace entretenida pues cada palabra que pronuncia para mi puede llegar a ser música, sus bellos ojos que son tan especiales, su carisma que tiene, en verdad es muy importante en mi vida, siempre me ayudo cuando tenia problemas y de vez en cuando yo también le ayudaba, siempre se preocupo por mí... Básicamente es la persona perfecta – Dijo con sinceridad, las palabras le habían salido desde lo mas profundo de su corazón. La rubia quien escuchaba se sonrojo hasta las orejas, esas palabras hicieron que su corazón latiera a mil por hora.

– Estas súper enamorada, te expresas tan bonito, debería de ser muy afortunada la persona que robo tu corazón – La albina volteo a ver a otro lado.

– S-Si, debe de ser muy afortunada – Susurro.

– ¿Ya le dijiste lo que sientes? – Preguntó la señora.

– Si, ella ya lo sabe

– Oh, ¿Es chica?

– ¡No! Digo si, perdón no, eh... Yo – Las palabras salían sin pensar, con eso había rebelado mucha información.

– No tengas miedo de decir lo que eres, en esta familia somos de mente abierta – Sonrió amablemente transmitiéndole confianza a la de pelo corto.

– Entonces no lo negare – Dijo rascándose la nuca.

– Y ella que te dijo

– No me ha dicho nada, solo... Nos hemos besado, solo eso, pero creo que me sigue viendo como su mejor amiga... O tal vez solo como su amiga

– Entiendo, no te preocupes por esas cosas, si ella te correspondió el beso, en lo mas profundo de su ser sabe que siente algo por ti, solo que aun no lo descubre por completo o lo quiere negar

La rubia escuchaba atentamente, le había sorprendido lo que dijo su mamá ¿En verdad quería negar que se había enamorado de la albina? ¿Sentía algo por ella? ¿Quería algo mas que amistad? Muchas preguntas pasaban por su cabeza hasta que le paso el recuerdo del beso donde ella jalaba a la de pelo corto y la besaba dejando impactada a la otra. Con delicadeza se toco los labios recordando aquel tacto satisfactorio, otra vez esas cosquillas en el estomago y esa sensación extraña volvían a estar por todo su cuerpo.

– Sentir algo por ella... – Se dijo a si misma tocándose ahora la parte su corazón, podía sentir los fuertes latidos que daba – No puede ser...

(...)

– Gracias por la invitación – Dijo la de pelo corto ya fuera de la casa de la rubia quien estaba recargada en el marco de la puerta y jugaba con esta.

– No es nada, eres bienvenida cuando quieras

– No me digas eso que vengo todos los días – Dijo jugando.

– No estaría mal – Susurro.

– Perdón ¿Qué dijiste?

– ¿Eh? N-Nada – Un pequeño sonrojo apareció en las mejillas de esta.

– Bueno, creo que ya me voy, es tarde

– Vete con cuidado

– Gracias – Dijo dedicándole una sonrisa para luego comenzar a caminar en dirección a su casa.

– ¡Espera! – Escucho como la llamaban haciendo que volteara, la rubia iba a pasos rápidos hacia la albina.

– ¿Se me olvido algo? – Preguntó.

– Si – Sin que se lo esperara la mas alta sintió como la rubia tomaba su cara entre sus manos y la bajaba para unir sus labios con los de ella haciendo que abriera los ojos sorprendida. Esta se separo con un gran sonrojo – A-Ahora si, adiós – Dicho eso corrió hacia su casa y cerro rápidamente recargándose en la puerta. Por curiosidad fue a su ventana y movió un poco la cortina para ver que hacia la de pelo corto

– ¡Me beso! – Gritaba con emoción mientras hacia movimientos raros que la hacían sonreír.

– Me cae muy bien tu amiga – Comentó su mamá que pasaba por ahí.

La rubia no contesto pues se quedo viendo a la otra, no podía creer el echo de que le gustara su mejor amiga y apenas se este dando cuenta.

– ¿Estas bien hija?

– Si mamá estoy bien – Dijo sonriendo aun mirando.

– Deberías de decirle – Dijo su madre como si nada muestras encendía la televisión.

– ¿Decirle?

– Que te gusta

La rubia de inmediato volteo a ver a su mamá quien tenia una expresión tranquila.

– ¿Por que dices eso?

– No soy tonta Chica, en todo el tiempo que estuvo aquí las dos no dejaban de mirarse, además de esa conversación que tuvimos que bien oíste – Esta tomó de su vaso.

– No se que decir al respecto – Dijo apenada.

– No me tienes que decir nada a mí, se lo tienes que decir a ella – Dijo cambiando el canal.

La rubia volvió a ver a la ventana observando como la albina ahora brincaba con felicidad y abrazaba a las personas que pasaban por ahí, un sonrisa se formo en su rostro.











Continuará

Mi mejor error  [Puppica]  ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora