Vecino [Ziam]

Prólogo

Un suspiro frustrado salió de los labios de Zayn, realmente estaba harto, de doas años para la actualidad cada dos meses van cambiando de hogar, ya ni siquiera estaba seguro de sacar sus cosas de aquellas maletas y cajas que llenaban la habitación. Estaba agotado, sólo quería descansar, pero para hacerlo tenía que escombrar un poco para dejar la cama libre y poder descansar aunque sea un poco.

Zayn contaba con 16 años, y era verdaderamente hermoso, no entendía el porqué de estar cambiando de casa, bueno ahora su padre había alquilado un departamento en un edificio de Londres, su vida era todo un caos, cambiar de escuela, un día desempacar sus maletas y al otro volver a empacar, estaba harto, fastidiado.

Esa era una de las razones por las que su madre los abandonó, tenía un mínimo rencor hacía ella, lo había dejado con su padre y su hermano mayor Jonathan, sólo esperaba que algún día su madre fuera por él y lo sacara de ahí, ama a su padre y a su hermano pero simplemente quería tener una vida normal de adolescente, ir a la preparatoria, tener amigos, y no estar a cada rato cambiando de casa, encariñarse con personas y después tener que dejarlas. Zayn ya no quería eso.

Quitó con pereza algunas cajas que estaban encima de la cama arrinconándolas en una esquina de la habitación. Suspiró quitando un poco de sudor en su frente, su padre había salido a hacer un negocio o algo así, y su hermano estaba con su novia Bonnie, estaba solo, al menos podría dormir un buen rato. Se recostó en la cama, sin sábanas aun, y cerró los ojos, esperando dormir. Un sonido, parecido a un gemido, se escuchó, se levantó frunciendo el ceño, se quedó quieto un momento, hasta que el sonido se repitió un par de veces

-Oh… ¡Sí! ¡Sigue Liam!- El moreno se sonrojó entendiendo lo que sucedía, pero no el porque se escuchaba en su habitación ¿Qué no las paredes debían ser gruesas?

-¿Te gusta perra? ¿Te gusta como te follo?- Esa voz era un poco más grave, Zayn se estremeció, sintiendo su estómago retorcerse, sus pantalones comenzaron a apretar y no por los gemidos agudos de la tipa, sino los gruñidos y gemidos roncos del otro, joder que caliente.

-¡Me encanta! Oh Dios, ¡sí!- Zayn jadeó saliendo de su habitación con un gran problema entre sus piernas, joder ni siquiera había visto al tipo y ya se imaginaba siendo follado por él, se dirigió a la cocina llenando un vaso con agua y tomándolo en seguida. Tocó su frente tratando de pensar en otra cosa, siendo eso imposible.

-¡Zayn! Ya llegué.- La voz de su padre lo sacó de aquellos sucios pensamientos.

-Eh sí.- Carraspeó sonriéndole a su padre, este lo miró confundido pero no dijo nada, sólo se fue a su habitación, eso no era raro para Zayn.

Suspiró, tal vez salir un poco y conocer la zona no era mala idea. Se dirigió a su habitación un poco nervioso. Miró las maletas tratando de recordar dónde estaban sus sudaderas, hizo una mueca abriendo un par hasta dar con una sudadera gris de algodón, se la colocó y tomó su celular junto a su auriculares.

»-Voy a salir un momento.- Dijo dando un par de golpes a la puerta de la habitación de su padre, sólo recibió un “Ajá” rodó los ojos.

Salió del departamento, cuando cerró la puerta miró hacia abajo, la agujeta de su tenis se había desatado, suspiro maldiciendo, sólo dobló su torso para atar la agujeta. Escuchó como una puerta era abierta, no le dio la gran importancia.

-Que vista.- Escuchó un susurró, jadeó levantándose lentamente, volteó mirando a un tipo, de no más de veinte años, un verdadero adonis, balbuceó mirando el torso desnudo de aquel castaño, llegó hasta su rostro, se sonrojó por la mirada que le daba el castaño, sólo hizo un movimiento de cabeza y dio la vuelta caminando hasta el ascensor, sintiendo la pesada mirada de aquel atractivo castaño.

Por otro lado el castaño dejó de mirar al pequeño moreno cuando las puertas del elevador se cerraron, sonrió pasando su pulgar por sus labios, no sería mal idea divertirse con aquel moreno. Su nueva mascota. Su vecino.