Envuelvéme

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Casi infierno , casi cielo
En mi jardín,
El canto de la fuente,
El escandalo de pajaros tordillos,
El vuelo de murciélagos
Casi golondrinas,
El canto verde que en los pinos
Se deshace en estruendos
Al contacto aurora.

Cegador brillo de plata
Las gotas de rocío
En las telarañas, al reflejo con la luna.
Nostalgía tierna de amorosas
Aventuras,
En las hojas sutil las suspende,
Con su danza nupcial dos mariposas.

Casi infierno, casi cielo
Que ocupa el exquisito
Numen de mi templo,
Mitología sin fin
Que nada tiene que ver
Con lo divino.
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Killer

Se estremeció momentáneamente , la irremediable calidez que abordaba su espalda le estaba volviendo loco, las suaves manos de su novio rodeándole la cintura mientras el conducía a unos 100 kilómetros por hora era la sensación más placentera que podía existir en el mundo.
El sentirle cerca, el sentirse amado, el sentir que alguien lo aceptaba y lo quería tal cual era. Killer suspiró.

Completamente, estaba completamente enamorado.
Sabía que el camino hasta esa vida que ahora llevaba no había sido fácil, pero también estaba seguro de que él ahora, era el lugar donde siempre había querido estar.
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Aún recordaba cómo después de una pelea callejera y sin tener hora de llegar a casa terminó en la sala de un hospital. Ahí lo conoció, al hombre que ahora complementaba su existencia, Penguin.
Y no dudo en coquetearle hasta el punto de hacer que su ahora novio se sonrojara en sobremanera.

—Llegamos.-decía Killer bajando de la motocicleta; Una Ducati Monster black y en el acto ayudando a bajar a Penguin.-

La escena le recordaba a las historias baratas de amor que suelen proyectar en el cine, sin embargo esta no era una simple historia, esta era su realidad y le encantaba.

—Gracias Killer-san.-la voz de su novio lo saco de su ensoñación y continuaron su camino hasta el departamento que ahora compartían.-

Mientras caminaban paseaba despreocupadamente su mano por la espalda de su novio, simplemente le encantaba la sensación de estremecimiento que sabía muy bien le provocaba y no dudaba en hacerle vibrar de esa manera. Este era su segundo año como novios oficiales, sin duda una fecha demasiado especial para ser ignorada por el rubio.
No pudo evitar reír al recordar como horas atrás su novio había quedado perplejo ante sus atenciones, recordó su rostro sonrojado cuando en su camino de la universidad al restaurante en donde habían cenado esa noche se había bajado de la nada de la motocicleta dejando a un Penguin descolocado y solo en el alto de un cruce, pero la sorpresa de Penguin fue mayor al ver la acción que Killer había llevado a cabo.

El rubio se había bajado de la motocicleta para comprarle un ramo de girasoles en la florería que estaba justo en el cruce,
Penguin no había podido contener el color que sutilmente coloreaba sus mejillas, un carmín que le invadía por completo, una sensación agobiante.
Simplemente Killer no lo podía evitar, ese ir y venir que provocaba en su novio era el mismo que él le provocaba, quizá por eso le encantaba tanto.

La sola idea de seguir juntos después de tanto tiempo lo tranquilizaba en sobre manera y más aun con aquellos sentimientos que solía tener sobre si realmente merecía lo que estaba viviendo ahora a su lado.
Desde que lo conoció supo que deseaba ser curado por él, lo deseaba con toda su alma y a cambio solo pedía ver su risa todo el día. Así era el, tratando siempre de darle sin reparos su corazón.
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Penguin

A veces odiaba lo que le hacía sentir, cómo solo con una ligera caricia o uno de esos detalles que el rubio se sacaba de la manga podía mover su mundo de esa manera.

Era inevitable todo lo que sentía, todo lo que le provocaba, pero a la vez pensaba que era su suerte.
Killer era su suerte entera y aunque aceptaba que en un principio se resistía, así es el destino, ¿no?. Irremediablemente termina envolviéndote.

Entraron en el departamento y dejando un suave rastro del aroma a piel y a la colonia de Killer,Penguin se quitó la chaqueta de piel que llevaba encima, se dirigió a la cocina a poner en un jarrón con agua al ramo de girasoles que le había regalado por la tarde.
Y en su camino recordaba todo lo que le había sucedido hasta ahora.

—Ha sido un gran día.- Killer decía esto tumbándose sin delicadeza sobre el sillón, tenía la intención de prender la tv y hacer zapping pero se contuvo.

—Si que lo ha sido, gracias por todo Killer.

—Creo que esto amerita música.-Y así poniendo Blue in Green, Killer iba desnudando sin medida el alma y el cuerpo de su amado.

—Ah , Killer... las flores...

—Deja eso para después, ahora solo necesito que me envuelvas en tu calor.

Sentirse así debería estar prohibido, sentir esta adicción irremediable definitivamente debería estar prohibido. No supo en que momento Killer le había tomado a su merced y le había colocado sobre el colchón de la cama recorriéndole con un descontrol que no hacía más que asfixiar cada poro de su piel.
Amaba a ese hombre, amaba como con ese deje de delicadeza y pasión le preparaba para la gloria que les envolvería esa noche, sentía como cada una de sus falanges entraban en su interior y él no podía más que envolverles con su propia calidez. Así era su novio y le encantaba, como cada que estaban juntos mataba cada una de las barreras que pudieran llegar a entrometerse entre los dos y simplemente las afrontaba a su lado como el guerrero masacre que era.

De un momento a otro se vio bajo la complaciente mirada de Killer, cuando nadie los veía y podían ser tan libres de hacer lo que más les complaciera era cuando mas apreciaba todo lo que vivía a su lado.
Adoraba como la luz de la luna que iluminaba desde el ventanal le daba esa sensación de colorear ese cuerpo de bronce y lo volvía de plata, los cabellos rubios de Killer cayéndole en la cara mientras este se introducía delicadamente entres sus piernas y con sus manos tomaba su mentón para besarle esos labios clementes de su dulce miel.
Era una encantadora locura todo ese vaivén que en ese momento envolvía su alma y su cuerpo le estaban dejando sin aliento , no podía dejar de ver esos ojos color amatista que poseía Killer y no podía dejar de seguir ese vaivén incontrolable de sus finos cabellos de oro que uno a uno parecían una hebra fina de oro.
Sentía el éxtasis llegar...

—Killer...ah, así amor.

—Como tu ordenes.-las manos de Penguin rasguñando su espalda le hacían llegar al límite de lo posible y no podía hacer mas que aumentar el ritmo con el que le embestía una y otra vez-.

—Ah... Te amo.

—Y yo te amo a ti...

Con cuidado de no lastimarlo Killer salía de su interior y le acariciaba ese cabello azabache que tanto adoraba.

Sin duda este era la mejor celebración de aniversario y solo le quedaba envolverle entre sus brazos hasta que se vieran obligados a parar.
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Está actualización ha llegado antes , de está nueva pareja iré introduciendo su historia poco a poco. Espero les guste mucho y me digan si les gusta esta ship!
Gracias por sus Favs. = ^ . ^ =
Nos leemos.

La vie en roseWhere stories live. Discover now