CAPÍTULO 12

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Estaba ya lista cuando la puerta del aseo se abrió y dejó ver a un Daniel Oviedo Morilla en calzoncillos. La verdad, estaba buenísimo.

-Siento haberte despertado.-Dije.
-No pasa nada.-Respondió con una sonrisa.

Le devolví la sonrisa y salí del baño. Me tumbé en la cama; Dani hizo lo mismo y nos quedamos mirándonos fijamente el uno al otro.

Odiaba no poder ser yo misma con Dani y me hubiese encantado haberle contado todo lo que le dije a Jesús. Conocía mejor a Dani y sabía que podía confiar en él. Tal vez fuera por eso por lo que confié tanto en Jesús.

No nos dijimos nada. Nuestras miradas hablaban por si solas.
Y poco a poco me fui durmiendo perdido en el color café de sus ojos.

...

Me desperté pronto (como ya dije, no soy de las que duermen un montón). Al abrir los ojos pude ver que Dani me tenía abrazada. Sonreí, no estaba tan mal esto de despertar en un hotel (la primera y última vez que fui a un hotel tendría unos cinco años y no lo recuerdo muy bien; a parte, aquel lugar no tenía ni punto de comparación con este) y más con él a mi lado.

Me levanté poco a poco de la cama para no despertarle.
Le hice una foto dormido y la subí a instagram poniendo en la descripción "Levantarse y ver esto😍".
Normalmente no habría hecho eso, ya que suelo pasar de la gente, pero esa mañana me sentía distinta. Creo que soltarlo todo con Jesús me vino bien.

Cogí mi móvil; respondí algunos whatsapps y me puse los auriculares para escuchar algo de rock mientras me vestía en el baño.

Aquel día me puse un top azul oscuro y una falda con dibujos azules.

Aquel día me puse un top azul oscuro y una falda con dibujos azules

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Salí del aseo y pude ver a Dani abrochándose la camisa.

-Buenos días princesa.-Dijo.

Como odiaba que me llamasen así.

-Buenos días.-Respondí mientras desenchufaba los auriculares del móvil.
-¿Qué escuchabas?-Preguntó tratando de iniciar una conversación.
-Rock.
-¿Rock?
-¿Algún problema?
-No, solo es que me sorprende... No te pega.
-A la Ruth original si.-(creo que me pasé algo con eso).

No dijo nada e intentó cambiar de tema.

-Eh, ¿y esta foto?- Dijo mientras me enseñaba la publicación suya durmiendo que yo había subido a instagram.

Me reí.

-No se...-Dije haciéndome la tonta.
-¡De esta no te libras!-Gritó mientras se abalanzaba sobre mi y me agarraba de la cintura para tirarme a la cama.
-¡Ey! ¡Suéltame! ¡No se como ha llegado esa foto ahí! ¡Lo juro!-Mentí.

Intentó hacerme cosquillas, cosa que no funcionó (dejé de reír hace años).

Entonces me besó.
No me lo esperaba, no había nadie delante y no tenía porque hacerlo.
Entonces empecé a enlazar sucesos. Dani estaba enamorado de mi; bueno, no de mi, sino de la chica que me hacían ser (y odiaba que eso fuera así).

Me aparté de él. No dije nada durante unos segundos.

-Voy a almorzar...¿Vienes?-Conseguí hablar al fin.
-Si.-Me siguió y cerró la puerta detrás de mi.

No es que me molestase que Dani me quisiera, sino que odiaba que no estuviese enamorado de la verdadera yo. Y bueno, a eso le sumaremos mi miedo a querer a alguien y al hecho de que el también me gustaba.

Aún así no quería que las cosas estuviesen mal así que decidí hacer como si nada.

Llegamos al buffet del hotel, Jesús estaba en la puerta esperando.
Nuestras miradas se cruzaron; él y yo habíamos conectado muy bien sólo qué, Jesús no era Dani.

...

La mañana se pasó rápida (sin contar a las fans chillonas dando por culo en el hotel y a un pinchazo en la rueda de la caravana que tuvimos en el camino de vuelta a Madrid).

Llegamos sobre la hora de comer. Silvia volvería a casa sobre las seis y a mi me apetecía un montón ir allí a descansar.

Me dejaron en mi casa, Dani bajó de la furgoneta conmigo para acompañarme hasta el portal.

-Oye, ya se que no está en el plan establecido pero, ¿te apetece que te invite a comer?

No supe que contestar y me quedé callada algo avergonzada.

-Bueno,-siguió intentando decir algo para convencerme- y si me presentas a la "Ruth original"; de la que me has hablado esta mañana en el hotel.

Sonreí, eso si me apetecía; aunque en parte estaba asustada (creo que el también), no quería perderle después de decirle todo.

Dani subió a la furgoneta para despedirse de su hermano y decirle al conductor que se fuera sin él.

-¿Y a donde vamos?- Preguntó.
-Creo que el sitio en el que menos nos pueden ver es en mi casa. Sube.

Dani me siguió y creo que se sorprendió bastante al ver donde vivía, pues mi casa era vieja y algo sucia.

Se sentó en un sillón antiguo.

-¿No están tus padres?-Preguntó.

He de decir que en ese momento la cagó un poco pero sus intenciones no eran malas así que respondí con un seco:
-No.

Después se lo explicaría mejor.

Entré en la habitación a cambiarme, necesitaba ponerme algo más " yo".

Me puse una camiseta de tirantes corta y una camisa ancha y vieja de cuadros rojos y negros encima (era de mi padre). Me quité la falda y me vestí con unos vaqueros negros cortos, rotos y algo descastados. Al conjunto le añadí unas zapatillas blancas (bueno, eran más negras que blancas. Las tenía que limpiar).
Sinceramente, fue lo primero que encontré al abrir el armario.

Después fui al aseo. Me desmaquillé por completo y me hice un moño algo cutre que dejaba ver un pequeño tatuaje que llevo en la nuca.

 Me desmaquillé por completo y me hice un moño algo cutre que dejaba ver un pequeño tatuaje que llevo en la nuca

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El tatuaje eran dos flechas hacía arriba. Significaban que nunca había que dejar de avanzar, no había que caer y siempre mirar hacia arriba, hacia el cielo, hacia las estrellas, hacia mi padre...

Era simple y sencillo pero, aunque no me lo pudiese ver, me encantaba.

Fuí al salón donde me esperaba Dani.
La cocina y el salón estaban pegados (ambos en una misma habitación). Me acerqué a la nevera y cogí una pizza.

-¿Te apetece pizza para comer?-Le pregunté.

Él seguía un poco asombrado de  verme con unas pintas tan distintas y le costó un poco responder que si.

Metí la comida al microondas y cogí una cerveza del frigorífico.

-¿Quieres algo?-Dije.

El negó con la cabeza.
Agarré un cigarro de una caja que había sobre la bancada y me senté al lado del la ventana para que el humo se fuera rápido.

Dani estaba a dos metros de mi y me miraba sin saber muy bien que decir.

-Bueno, empecemos...-Y empecé a contarle cómo era en realidad...

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