Capitulo XX: Celeste

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Skylar todavía se encontraba en ese delicado punto entre la realidad y el sueño. Percibía el ir y venir del despertar como la marea, pero aún estaba demasiado agotada. Su cuerpo se sentía pesado y un dolor de cabeza atroz aplacaba cualquier pensamiento que pudiera formularse en su mente. En ese estado, apenas era capaz de percibir e interpretar algunos fragmentos de la conversación que tenía lugar a su alrededor. Alguien estaba tomando su mano y la apretaba con suavidad.

¿¡Pero qué fue lo que sucedió!? la voz de Marion sonaba verdaderamente alterada.

Sky trató de mover su mano libre, pero apenas y logró efectuar algún movimiento. Estaba en una cama, podía sentir las sábanas suaves y frescas contra su piel. Trató de abrir los ojos, pero no tenía caso, había partes de su cuerpo que aún no le respondían.

Estaba examinando sus niveles de MDL. la voz de Ragnor reflejaba un gran agotamiento Todo iba perfectamente...

La mano que la sujetaba se tensó y apretó un poco más su agarre, aunque no demasiado.

Si claro, es evidente que así fue. dijo Traian en un susurro lo suficientemente alto para que los demás presentes lo escuchasen. Era su mano la que estaba entrelazada con la suya. Estaba molesto, podía sentirlo a través de la conexión, se encontraba enfadado y había preocupación en sus pensamientos.

El proceso fue satisfactorio. continuó Ragnor, quien pareció restarle importancia al comentario de Traian Y los resultados fueron... increíbles. Sus niveles de MDL son insólitos. Ragnor bajó su voz al decir esto último Nunca había visto nada igual. Pero algo sucedió, tuve una visión y no fue como las otras que he tenido, esta fue muy poderosa. La premonición se basaba en una profecía, una profecía que la incluye a ella y...

¿Qué quieres decir con que viste una profecía? exigió Marion ¿Qué decía?

Pero antes de que él pudiera responder, alguien irrumpió en la habitación abruptamente.

Lord Gray, no debería estar hablando acerca de asuntos del Consejo con personal no autorizado. dijo la voz de una mujer que definitivamente ya había escuchado antes. Se trataba indudablemente de Lady Tara Dawson, su manera de hablar, petulante y engreída resultaba inconfundible.

Percibió el sonido de unos pasos que corrían agitados por el pasillo y una voz cantarina se hizo presente.

Señor Ragnor como lo siento... comenzó a decir la voz de una chica que sonaba como si le faltara el aire Traté de evitar que entrara, pero inmovilizó a mi madre con un hechizo que paralizó sus pulmones y tuve que atenderla de inmediato... era Cloe, quien remarcaba cada palabra con una ira contenida. De haber podido verla, Sky estaba segura de que hubiera visto a la chica haciendo uso de toda su fuerza de voluntad para no atacar a Lady Tara.

¿¡Has atacado a una de las guardas de esta casa!? Ragnor sonaba como si hubiera perdido los estribos.

Estaba interfiriendo con asuntos del Consejo, tienes suerte de que no lleve el caso a los ancianos o estos sancionarían más severamente a tu cocinera y su... asistenta.

¿¡Cómo me ha llamado!? Cloe en realidad era una chica de apariencia tranquila, dulce y servicial. En todo el tiempo que Sky llevaba en la mansión no la había visto (o escuchado), molestarse ni una sola vez, al menos no hasta ese momento. Fungía como una diligente sombra en la mansión al igual que su madre, llevando a cabo sus obligaciones con esmero y dedicación. Tenía unos preciosos ojos grises oscuros y siempre llevaba el cabello castaño rojizo atado en un cuidadoso moño. Casi siempre usaba vestidos grises y hasta la rodilla que no acentuaban su figura, sino que por el contrario la ensanchaban, haciendo que se viera sobria y distante como su madre, quien en realidad si era estricta y rara vez se le veía sonreír.

Fuego Celeste © [Pronto en Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora