Capítulo 1: La ruptura

43 8 0
                                    

La sala de mi casa era testigo de una situación tensa, pues ahí estábamos Jason y yo, sentados en un sofá de tres plazas, cada uno sentado en un extremo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La sala de mi casa era testigo de una situación tensa, pues ahí estábamos Jason y yo, sentados en un sofá de tres plazas, cada uno sentado en un extremo. No quería estar cerca de él, no quería ni siquiera estar respirando su mismo aire, pero aun así, fui lo más madura que pude y lo soporte.

— Quiero que sepas que nada de esto es tu culpa, es solo que...— no deje que terminara de decir esa oración y lo interrumpí, de ahora en adelante no tenía ni el derecho a terminar una sola palabra. No después de destrozarme como lo estaba haciendo.

— Dejaste muy claro tu punto de vista, Jason, y tienes razón no podemos seguir juntos o seguiré arruinando tu "popularidad" — repuse con demasiada brusquedad.

Él me miro avergonzado, si aún me conocía lo suficientemente bien, debía saber que por dentro tenía unas ganas enromes de golpearlo.

— Quiero lo mejor para ti, lo sabes Chloe, pero simplemente primero debo pensar en mí y lo que tu representas afecta la manera en que las demás personas de la escuela me ven, eres perdedora y yo estoy siendo popular, no hay manera de hacerlo funcionar, nena —

Me reí tan fuerte internamente que termine por reírme en su cara, ¿él? ¿Llamándome perdedora? Por favor, el maldito perdedor de los dos sin duda alguna era él, sin su preciado "equipo" de futbol no era nada, no era nadie. Si nunca hubiera logrado entrar seguiría siendo el mismo Jason de siempre, pero la popularidad termino por pudrirle el cerebro tal y como lo había predicho Lisa.

— Lárgate de mi casa, Grant, y más te vale no volver a acercarte a mí en lo que te queda de vida o te dejare sin hijos, es una maldita promesa — me levanté con brusquedad del sofá y él hizo lo mismo, claramente preocupado por lo que acababa de decirle. Al ver que no se movía de donde estaba, no pude contenerme para gritarle, lo peor de mi estaba saliendo de mí, lo detestaba por hacerme esto, detestaba en lo que se había convertido, quería a mi novio de vuelta pero por más que intentaba ver algún indicio de él, ya no estaba. No reconocía a la persona delante de mí.

— ¡¿No me oíste?! ¡Te he dicho que te largues de aquí! — y comencé a empujarlo hacia la puerta mientras las primeras de las mil lagrimas que llore salían sin cesar de mis ojos. El trato de resistirse pero no deje de empujarlo hasta que estuvo fuera de mi casa.

Se quedó en el pórtico buen rato, suponía que con la esperanza de pedirme perdón por todo esto, pero mientas lloraba echa una pequeña bola delante de mi puerta sabia más que nunca que no lo lamentaba. Se fue diez minutos después de cerrarle la puerta en la cara, y para ese momento mi mama ya se encontraba consolándome en el mismo sofá en el que había estado peleando con mi ex hacía apenas un rato.

Ella se preocupó mucho cuando me vio tirada delante de la puerta con la cara llena de lágrimas y claramente roja de tanto llorar, no lo menciono, no hizo falta, pues estaba segura de que ella había oído absolutamente todo. Mama solo se dedicó a acariciarme el cabello mientras mi cabeza reposaba en sus piernas, mientras mis lágrimas aun no dejaban de caer.

— Puede irse al infierno- dijo ella casi en un susurro, apenas audible para mí. Sonreí a medias y asentí levemente. — Eres mucho para ese perdedor, algún día volverá rogando que lo perdones.

Pero yo lo dudaba mucho, mi Jason ya había desaparecido de la faz de la tierra, siendo tragado por esa nueva versión a la moda de Jason Grant. Mi novio ya no existía. 

Cuando te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora