Te reíste, te reíste por algo que yo dije. No fue una sonora carcajada, pero tu intento de mantener tu cara seria fracasó.
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"—Miren, ahí va Potter, cuidado, no sea que vea un dementor y se desmaye —dije yo.
—Cállate Malfoy —dijiste tu, querida.
—¿O qué?
—Ya déjala en paz Malfoy —interrumpió Weasley.
—Tu no te metas Ron —dijiste, parece que habían discutido antes.
—Oh mira, ahí viene Weasley, que pena que Hermione no lo sepa —dije, provocando una mirada de asombro por parte tuya al llamarte por tu nombre de pila, y una mirada fulminante por parte de Weasley.
A Weasley se le quedaron las orejas coloradas de aquella humillación.
Granger, ¿De verdad no te das cuenta de que al pobretón le gustas?
—Anda, parece que Ron es el que vio un dementor —dije con mi ya típica sonrisa. A lo que tu volteaste y una sonrisita escapó de tu cara."
Merlín, el hecho de ver tu sonrisa hizo que dentro de mi ser explotaran fuegos artificiales.
Y el sentimiento fue tan fuerte cuando supe que la razón de tu sonrisa fui yo. No exactamente yo, algo que yo dije, pero déjame soñar y sentir que fui yo.
