⇢ 𝑪𝒐𝒇𝒇𝒆𝒆 ;;〔 𝐽𝑎𝑖𝑛𝑖𝑐𝑜 𝑨𝑼 〕

Coffee: Capítulo 8

⚠⚠¡¡ADVERTENCIA!!⚠⚠

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Y SI TE GUSTA, BIENVENID@S SEAN Y ESPERO QUE LES GUSTE.

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— Sueltame cabro conchetumare —dijo el moreno tratando de liberarse del agarre de su mayor, esto complicaría todo un día.

— No, hasta que me des algo que me guste y esté conforme —dijo el pelicafé algo molesto y empieza a morder el cuello moreno, causando un gran escalofrío para Nicolás, el contacto era tan tibio que le hacía pedir mas.

— ~Jaime~ —los pequeños jadeos y suspiros del bajo enloquecían al activo en un instante. Las manos grandes empezaron a recorrer el cuerpo delgado de Gaule, con el deseo de tocarlo hasta llegar a su punto débil o g. Las prendas ye estaban siendo un estorbo para la vista de el enojón, deposita pequeños besos y succiones— ~y-ya po', está mi mamá~ —.

— ¿Y a mi qué? —dijo harto de que negara siempre la misma situación. Era su oportunidad de brillar y deshacer esas ancias de poderlo hacerlo suyo. La ropa iba despojándose de a poco, pero eso no cambiaba la opinión de el moreno.

— M-mi madre puede venir en cualquier momento Jaime —dijo nervioso el pequeño de que su procreadora lo pillara justo en la parte más buena.

— ... La puerta está cerrada con pestillo, no va a poder entrar... —dijo el mayor convenciendo a su pasivo de la interrupción.

Las manos del grande pasaban por el cuerpo de Nicolás, causándole una electricidad esquícita, haciendo que ambos pidieran más que eso.
Los bóxer desaparecieron, los habían despedazado por la desesperación de poder tener ese tan famoso "sexo del mismo género".

Mientras Jaime jugaba con el miembro ajeno, Gaule sólo soltaba gemidos sonoros y ahogados, pasando sus dichosas manos por el cabello del alto, aprentando cada centímetro de la cabellera.

No hay que especificar la escena, ¿cierto?... Jaime arriba, Nicolás abajo.

— ~E-esto de consideraría violación Jaime culiao~ —dijo jadeando el morenazo, listo para provocar al nombrado y excitado.

— No se puede considerar violación si no te opones —dijo consciente de que el de abajo quería mas que besos, caricias y excitación.

— ¡Yo me estoy oponiendo de hace rato! —indignado de que ni le pescara las suplicas de negación, pero ahora no serviría de nada.

La cavidad anal de el menor aún no estaba lista, necesitaba estar húmeda para no hacerle daño al introducirle el erecto pene. Y que más, la boca de el gruñón empezó a bajar con intenciones algo "asquerosas" para algunos lectores.
La alocada lengua del mayor empezó a rozar y humedecer la entrada del azabache, haciéndolo soltar mas gemidos necesitados de más, los ojos del pobre pelinegro se empañaron de tanta excitación.

— Estai' listo —orgulloso, empezó a darle mas besos en los labios pero introduciendo su lengua ya con ganas de tener a Nicolás bajo mando.

El tan deseado miembro empezó a introducirse en el ano del menor, causándole un dolor que lo hizo soltar un grito que se podría escuchar a villas.