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narrador omnisciente.

Era la noche de navidad y todo el club de los perdedores se había quedado en casa de Bill a celebrarla. Juntos veían películas, jugaban a algún juego de mesa y disfrutaban de la comida que la madre de Bill le traían.

– ¡Es hora de los regalos!– Gritó Beverly emocionada mientras aplaudía.

Fueron hacia el gran árbol y cada uno cogió su regalo.

El orden para comprar los regalos fue así: Richie a Eddie, Eddie a Stan, Stan a Bill, Bill a Beverly, Beverly a Ben, Ben a Mike y Mike a Richie.

Se sentaron en círculo y empezaron a abrirlos, el primero fue Mike.

Richie la había regalado un carrete de 25 fotos para su cámara.

– ¡Muchas gracias Richie! – Se levantó y le abrazó.

– Sabía que te iba a gustar.– Sonrió y Mike volvió a su sitio.

Fueron dando sus regalos, Eddie le había regalado a Stan unos prismáticos nuevos, Stan le compró a Bill un inflador nuevo para su bicicleta ya que se le había perdido el anterior, Bill a Beverly le compró un collar el cual su madre le había ayudado a elegir, Beverly a Ben le compró una camiseta con una galaxia dibujada en ella, Mike a Richie un par de gafas nuevo ya que Henry le había roto el anterior y las que llevaba ahora eran las antiguas. Luego llegó el turno de Eddie.

Richie miraba a Eddie con sus mejillas sonrojadas y una sonrisa nerviosa.

Cuando lo abrió había un peluche de un oso y una carta pegada a su mano. Todos miraban impaciente a Eddie quien despegaba la carta de la mano del osito con mucho cuidado.

– ¡Lee l-la c-carta e-en voz a-a-alta! – Dijo Eddie sonriendo, aunque ya sabía más o menos que ponía en ella.

–¡No! – Richie gritó sonrojándose aún más.

– La carta la ha hecho Richie así que voy a hacerle caso. – Sonrió y Richie suspiró tranquilo.

Eddie comenzó a leerla y era sobre todo lo que a Richie le gustaba de él, desde su pelo hasta cuando se molestaba cuando le decía Eddie Spaghetti, todo.

Al final había una pregunta incompleta y el miró a Richie.

– Richie aquí falta algo.– Richie negó

– Prefería decírtelo en persona así que, Eddie, ¿Quieres salir conmigo? – Richie sonrió y todos le miraban con una sonrisa gigante.

– ¡Si!– Eddie se lanzó a sus brazos y el le abrazó sin dejar de sonreír.

– ¡Sabía que en algún momento ibais a acabar juntos! – Dijo Stan y todos rieron asintiendo mientras Eddie se sonrojaba

Richie besó a Eddie y el se sorprendió y al principio no sabía que hacer, pero poco a poco cerró sus ojos y siguió el beso.

– ¡Iros a un hotel! – Gritó Ben y se separaron para reírse.

Definitivamente estas habían sido las mejores navidades de la historia.

N/A NAVIDAD EN AGOSTO YEY

shadow of the sun ; reddie one shotsWhere stories live. Discover now