Capítulo 6: El ángel asesino

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Damián comenzó a correr a todo lo que le daba el cuerpo ya que le dolía demasiado el haber perdido el brazo derecho, la mueca de dolor en su cara reflejaba su estado de sufrimiento. Giro en una esquina para descansar un poco, la herida empezó a arder; al principio a Damián le pareció lógico ya que podría estar teniendo una infección pero al mirar a herida notó que por alguna razón tenía rastros de color plata en el brazo que se sentía como si se trataran de espadas hundiéndose en su carne.

- ¡Damián!

- ¡Kumpel! Hay algo en mi herida, siento como si fuera acido.

- Es el efecto de un arma fabricada por los ángeles. – dijo Kumpel mirando la herida. – Debes rascártela.

- ¿Pero qué dices? Eso hará que me arranque un pedazo de carne.

- Lo que tienes ahí es magia angelical, si no te la quitas llegará hasta tu corazón y morirás.

Después de decir esto hubo una explosión detrás de Damián que lo devolvió a un estado de alerta.

- Damián rápido usa lo que aprendiste por internet.

Damián sabía a qué se refería Kumpel entonces puso su mano izquierda como sostuviera una esfera con sus dedos, en ese momento se formó una pequeña pelota que parecía estar hecha de sombras y la lanzó contra su perseguidor como si estuviera jugando quemados, acto seguido hubo una explosión que le dio tiempo a Damián de seguir corriendo. Mientras continuaba huyendo se empezó a rascar su herida abierta, lo que provocó que derramara más sangre y que Damián soltara unos gritos de dolor. Después de hacerse aún más daño del que había recibido su herida comenzó a palpitar como si se tratase de su corazón, ante cada palpitada un musculo crecía saliendo desde su hombro hasta la altura de su otro brazo, la herida ardía como un horno. Al mirar de nuevo hacia donde estaba su herida sorprendido observo como si tuviera un brazo despellejado al que solo le faltaban los dedos, pero aun no sentía que podía moverlo. Para empeorar las cosas sintió una gigantesca intención asesina desde su espalda.

- ¿Cuán rápido es este? – dijo Damián con desesperación.

- ¡No retrases lo inevitable! – gritó el ángel desde detrás suyo.

Damián comenzó a sentir de nuevo su extremidad perdida, esto le dio cierta esperanza a pesar de que solo un poco. El ángel le pisaba los talones a Damián, este se preparaba para un ataque con la guadaña pero como un felino el ángel salto para terminar enfrente de Damián e insertarle un golpe en medio del cuerpo que lo dejó sin aliento y de rodillas al suelo. En el suelo le aventó un patada a Damián en el medio de a cara que lo dejó algo aturdido, sin perder oportunidad el ángel intentó volver a cortar a Damián con la guadaña pero este último se paró antes de que el atacante terminara su movimiento ejecutando un cabezazo en el mentón.

Luego de este movimiento tomó distancia de su atacante y desbrochó el reloj de pulsera que tenía en la muñeca izquierda para que así este tomara la forma de su arma personal, el tridente Dreiklinger, y así se puso en guardia para confrontar a quien quiere matarlo. Era la segunda vez que Damián usaba su nueva arma y no se había acostumbrado a ella para combate cercano solo la usó una vez para matar un mostruo.

- Veo que lo dijo el capitán no era solo una corazonada. De verdad eres el sucesor de Lucifer, pero ¿crees que solo puedes vencerme con esa arma? ¡Veamos de que estas hecho demonio!

Después de decir esas palabras el ángel pateo el suelo y arremetió con su arma a Damián, pero este paró la hoja de su enemigo entre las cuchillas de su tridente, la fuerza provocada por el golpe lo hizo retroceder un poco. Damián giro su tridente para trabar la hoja de la guadaña e hizo fuerza para empujar la hoja de su enemigo hacia abajo, giró en su propio eje y le asestó un golpe en el estómago con el mango del tridente. Este último golpe dejó al ángel inmóvil por unos segundos, los cual Damián usó para golpearle en el pecho con una patada que logro hacer caer a su atacante de espaldas.

El heredero de Lucifer N°1: SoberbiaWhere stories live. Discover now