Sirius Black: el velo de la muerte¹

Oppugno

- Les presento a Harry Potter – anunció Lily sonriente.

- ¡Es hermoso! – admiró Isadora mientras contemplaba a Harry. Tenía manos diminutas y rosadas; y los ojos verdes como los de Lily.

- ¿Saben cuál es un buen nombre?, ¡Sirius! – dijo Sirius bromeando.

- Tú ya eres el padrino, confórmate – exigió James – Cuando tengas el tuyo vas y le pones como quieras.

- Los míos, en plural, Cornamenta.

- ¿Puede uno llamarse James? – preguntó éste; Sirius fingió estar pensando.

- No – James puso cara de ofendido.

- Ya dejen de planear ustedes dos – pidió Lily – es increíble que Harry y Neville sólo se lleven un día de diferencia - agregó mientras le entregaba el niño a Sirius para que lo cargue. El pelinegro abrió los ojos como platos y agarró al bebé como si tuviese miedo de romperlo. Los demás al ver la cara de pánico de Sirius rieron.

- ¿Nunca cargaste un bebé antes? – preguntó Remus divertido.

- Es evidente – confirmó Isadora aun riendo.

Luego de Sirius fue el turno de Remus y de Peter. Isadora se encargaba de tomarles fotos con el niño, hasta que finalmente fue su turno de cargarlo. Era tan liviano que no se cansaba de tenerlo en brazos, Harry dormía apaciblemente y de a ratos sonreía en sueños.

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Sirius e Isadora colocaron las nuevas fotos en el álbum, cada uno tenía su foto con Harry, luego los tres juntos y finalmente todo el grupo, las demás se las habían quedado James y Lily.

- Debe ser lindo – comentó Sirius distraídamente mientras miraba las fotos – Tener una familia como la de Lily y James... - Isadora lo miró entre intrigada y divertida.

- ¿Esa es tu forma sutil de decirme que ya quieres un bebé o...? – dijo ella sin terminar la pregunta. Al notar que Sirius tardaba en responder le acercó una mano a la frente – Mmm... no, no es delirio por fiebre – dijo riendo.

- No es una mala idea...

- ¡Sirius!

- Sólo bromeaba – dijo él riendo – Me refiero tener padres como los de James, o cómo él mismo; ya sabes que no me tocó la mejor de las familias, creo que el poco tiempo que pasé con los padres de James fue mil veces mejor que toda la vida que viví con los míos. Me alegra que Harry y Neville pueda tener algo similar, y espero ser algún día lo que Fleamont fue para mí – finalizó encogiéndose de hombros.

Isadora quedó tan admirada por tal reflexión que sólo atinó a sonreír con dulzura, no se imaginó que todas esas cosas habían pasado por la mente de Sirius en el momento en que se encontraban en la casa de sus amigos.

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Sirius suspiró con pesadez cuando vio que el patronus de Albus Dumbledore volvía a atravesar una de las ventanas como las demás veces. Por lo general no eran noticias agradables, y siempre tenían algo que ver con Voldemort, la Orden y los mortífagos. En ocasiones ver a ese animal plateado generaba cierta ansiedad, Isadora siempre se ponía de pie de un salto en cuanto lo veía y se tensaba mientras escuchaba las noticias.

Obedeciendo al director de Hogwarts, se tomaron de la mano y aparecieron en casa de James y Lily. Allí estaban también Remus y Peter.

- ¿Qué sucedió? – preguntó Sirius con apremio.