5: "La nueva"

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Povs'Ruggero

Ni siquiera me digno en voltear a mirarla. Su simple tono entrecortado ha hablado por si solo, y tampoco me sorprendo, causo la misma sensación en todas las chicas, y ella no iría a ser la excepción.

Camino hasta el comedor, ubico con la mirada a mi grupito de amigos, y como siempre, se encuentran haciendo su típico desmadre. Son unos dementes.

Tomo asiento al lado de Agustín, este me saluda con un fuerte apretón de manos y una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Que hay de nuevo? — pregunto en voz alta para que todos escuchen.

—¿Ya vieron a la nueva? — interviene Jorge mordiéndose el labio inferior.

Frunzo el ceño. Él y sus típicos comentarios.

—Esta buenisima, esas piernas...

—¡Ya basta! ¿Sabes de quien estas hablando? — doy un golpe en la mesa — Es la prima del imbécil de Michael.

Sí, tengo autoridad sobre todos ellos, por algo soy el líder de la banda. Me uní a ellos poco tiempo después que llegue aquí, y no tarde mucho en colocarme a la cabeza.

—Cambiando de tema...— empieza a hablar Agus tratando de calmar la situación — ¿Siempre se realizará la fiesta de disfraces?

—Desde luego, el internado no se atrevería a cancelarla solo por una simple bronca — contesto despreocupado.

—Entonces ¡Fiesta en tres días! — grita eufórico el castaño provocando los chillidos de los otros.

El timbre suena, y todos los alumnos empiezan a entrar, uno tras otro. Incluyéndola a ella, karol, que no se porque me causa gracia su actitud. Su mirada se cruza con la mía por milésimas de segundos pero rápidamente la quito mirando hacia otro lado.

El imbécil de Michael entra junto con los bulleros de sus amigos. Los ignoro por completo, no quiero una pelea mas en pleno comedor. Ya recibimos una advertencia, y no estoy dispuesto a recibir otra.

La mayoría del tiempo nos la pasábamos discutiendo, creo que desde siempre a existido esta rivalidad entre nosotros. Recuerdo el primer día de clases, yo llegue como un chico tranquilo y sereno, dispuesto a sacar las máximas calificaciones. Michael se encargo de hacerme la vida añicos, al principio me sentí mal y con ganas de llorar, pero después me di cuenta que no valía la pena, no soy un niño que llora de todo.

Poco tiempo después tuve el valor de enfrentarlo, y creanme que desde ese día jamás se ha atrevido a insultarme, bueno, al menos cuando yo estoy presente. Fue por eso que me uní a la banda, y me puse como cabecilla. Pero pese a todo eso, no descuide mis estudios, y sigo manteniendo buenas notas.

Ahora mismo me encuentro bebiendo un zumo de naranja junto con una ensalada, que por cierto, no me gusta, parece un almuerzo vegetariano. Hice hacia un lado el plato y verifique mi celular, por si tenia un mensaje o alguna notificación.

Lo único que tenia era una llamada pérdida de mamá. Decidí llamarla mas tarde, es normal que me llame a esta hora, así que seguramente no es nada malo.

Alzo la vista hacia el frente, donde se encuentra karol, comiendo apetitosa su almuerzo. Tal vez ella no se haya dado cuenta, pero antes de su llegada muchos murmuraban sobre como seria la prima de uno de los chicos mas populares del campus. Y sinceramente ella cumple todas mis expectativas.

—¿Te gusta lo que ves? — interviene Agus sacándome de mis pensamientos.

—Demasiado — respondo mordiendo mi labio inferior provocando la risa de mi amigo.

—Pues olvidate de tus sucios pensamientos. Candelaria te hace trizas si se entera que estas viendo a otra chica.

—Cande y yo no somos nada, hace tiempo dejamos de serlo. Ella que siempre se hace ilusiones.

—Dicelo eso a ella, sabes lo terca que es y será muy difícil quitársela de encima.

—¿Cuando empiezan los entrenamientos? — pregunto intentando cambiar de tema.

—Supongo que después de la fiesta. Ya que se viene el campeonato con las otras escuelas, y sabes lo que eso significa; que vamos a tener que compartir cancha con los imbéciles de los XX.

—Ni me lo recuerdes, el otro año perdimos por su maldita culpa. Ese gol Estaba asegurado, pero el idiota de Lionel la cago. — espeto de mala gana. Recordar lo que paso hace un año todavía me causa cólera.

Justo en ese momento, karol junto con sus amigas pasan por nuestro lado. La mayoría de chicos que se encuentran sentados en esta misma mesa, voltean a mirarlas, y comentan cosas que es mejor no ponerlas porque son demasiado vulgares. Si, son unos malditos pervertidos.

Hago contacto visual con ella y sin pensarlo dos veces le guiño un ojo. La castaña de inmediato se sonroja y acelera el paso para escapar de mi potente mirada.

¡Listo! La tengo comiendo en la palma de mi mano.

1| El Chico Malo |Ruggarol|Där berättelser lever. Upptäck nu