1| El Chico Malo |Ruggarol|

3: "Imbécil"

—¿Listas? — escucho la voz de Valentina entrando a la habitación.

Giramos y ella esta recostada en el margo de la puerta. Es puntual, son exactamente las 8:00, eso me agrada.

—¿Estas segura que es buena idea ir? — susurra Caro cabizbaja.

—Por supuesto — responde la rubia acercándose a ella — tú solo piensa en lo guapo que se va a ver Agustín cuando lo veas — bromea y rápidamente Caro se sonroja.

—¿Quien es Agustín? — me animo a decir.

—El chico que le gusta — valentina se acerca a la puerta, se cruza de brazos y espera a que salgamos.

Río al ver como Carolina se pone roja como un tomate, se nota que le encanta. Ambas seguimos a Vale quien acelera el paso para llegar hasta su carro. Su melena rubia brilla en la oscura noche.

—Sera divertido — comenta ella subiéndose al auto.

—Eso espero — digo haciendo lo mismo.

—Se supone que deberíamos ir a pie, pero odiaría tener que alejarme de esta preciosura — besa el volante del auto y todas comenzamos a reír.

La ruta hasta la fraternidad es corta, habrán pasado unos cinco minutos y ya nos encontramos en nuestro destino. Entiendo porque teníamos que ir a pie. A las afueras de esta se puede notar una pequeña fogata encendida, y varios chicos rodeándola. Veo como Carolina se tensa a mi costado, acomoda un par de mechones sueltos y los coloca atrás de su oreja. Supongo que es por ese tal Agustín del que tanto hablan.

—Traje los malvaviscos — grita Valen sacando una bolsa del carro — y ya llegue estúpidos — camina hacia ellos y rápidamente empiezan a reír.

—Llego la chica que para viendo memes todo el tiempo — dice un chico al que no conozco.

Mi amiga lo golpea en la cabeza y él hace un pequeño gesto de dolor. El ambiente es cálido, y por lo que veo no hay ninguna gota de licor.

—Chicas, vengan — nos anima ella haciendo un gesto con la mano.

Hacemos caso, aunque en realidad soy yo quien arrastra a Caro para que camine. Tomamos asiento alejadas de ese grupo.

—Ella es karol — me presenta Vale y yo sonrió — creo que ya conocen a Carolina.

—Si ya la conocemos, que alegría verte por acá — dice otro chico medio castaño sonriendo.

Carolina le sonríe con sus mejillas todas sonrojadas, no hace falta presentarlo para saber que aquel chico es el famoso Agustín.

—Bueno, esto parece un velorio — una voz chillona se aproxima.

Giro por el hombro y veo a la misma chica de esta mañana acercándose, esa pelirroja que al toque me callo mal. Pasa su vista hacia mí pero rápidamente la retira. Toma asiento al lado de sus amigos y se cruza de piernas.

—¿Alguien ha visto a Ruggero? — pregunta y por alguna razón mi vello se eriza.

—Hace rato dijo que bajaría pero parece que no. — comenta Agustín dando un trago a su bebida.

La pelirroja pone sus ojos en blanco y mira hacia otro lado. Miro de reojo a Carolina y ella tiene su vista fija en otra chica de cabellera totalmente oscura. Aquella chica acaricia suavemente el cabello de Agus, y él no para de sonreír.

—La odio — murmura silenciosamente Caro para nadie mas la oiga.

Río ante su enojo, se nota que esta celosa y lo peor es que sabe que no puede hacer nada.

—¿Sabes donde queda el baño? — le murmuro al oído.

—No. Preguntale a Vale — sugiere.

Asiento. Me pongo de pie y camino hacia la rubia, siento la mirada de todos puesta en mí.

—Esta adentro, al costado de las escaleras, no queda lejos — dice despacio.

Sonrió de lado. Voy por el lugar indicado a paso lento. La casa de la fraternidad es grande, muy grande, seria fácil perderse. Hay una escalera estrecha, supongo que esa es la escalera que dijo.

Decido caminar hasta ella, cuando de repente, se escucha unos pasos bajar rápidamente. Soy incapaz de moverme al ver de quien se trata, Ruggero

¿Que hace aquí?

Su vista se cruza con la mía y de inmediato sonríe soltando un suspiro.
—¿Se puede saber que haces aquí? — cuestiona arqueando una ceja y dando unos pasos hacia el frente.

—Yo hiba preguntar eso — cruzo los brazos.

—Vivo aquí — afirma soltando risas.

—Hay esto no puede ser. — pongo los ojos en blanco y me dirijo hacia la puerta del baño.

Sin embrago, sus brazos sostienen los mios aprisionandome contra la pared. Puedo sentir su respiración en mi cuello.

—Me sorprende que estés sola y sin el perro guardián de tu primo. — dice a centímetros de mi rostro.

—Yo no necesito nada de eso. — forcejeo para que me suelte.

—Bueno, lo digo por la escena de hoy. Necesitaste de todos ellos para poder defenderte ¿Acaso no puedes hacerlo tú sola? — me suelta mientras retrocede.

—Eres un imbécil — lo empujo. Abro la puerta del baño y entro en el.

Cada vez me cae peor este chico.

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Oww😂 a Karol le cae mal ruggerito😏🙈😂.
¿Que creen que pase después? ❤💪

La imagen, representa más o menos como fue la fogata, solo cambienle alguna cosas👌.

Bueno, si les gusto no se olviden de votar🌟 y comentar por si tienen alguna sugerencia. Me ayudarían muchísimo🌠

Besitos al aire💋💋