Capítulo 2.

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Ciudad de México, 17 años después.

Desalineado, irreverente, ocurrente, necio pero sobretodo rebelde, así es Fabián un chico guapo de 17 años. El chico es todo lo contrario a su hermana Stephanie que a sus 15 años es la consentida de casa, mimada, alineada, ordenada, simpática y rebelde no tanto como su hermano pero si lo suficiente para dejar en evidencia el parentesco que tiene con él.

-¿Otra vez vas hacer de tu cuarto un vomito rosa? -pregunto Fabián entrando al cuarto de su hermana menor- Espero que tus nuevas amigas no sean tan idiotas y huecas como las de España.

-Baja tus mugrientos pies de mi cama Fabián -casi grito la perfectamente arreglada Stephanie- y para tu información, mis amigas no son tontas.

-Claro que lo son -respondió sin obedecer la orden- lo bueno es que acá al menos tendrás a tu favor a la prima Alexa, bueno tampoco es que sea la mas inteligente pero es simpática.

Los hermanos rieron con el comentario.

-Te dije que bajaras los pies de mi cama -repitió tomándole los pies por los tobillos y sacándolos de la cama- La verdad hermano, es que lo primero que quería hacer ayer cuando llegamos a México era ir a casa de Alexa, hace mas de seis meses que no la veo pero mamá me dijo que todos están en Monterrey y no vienen hasta mañana.

-Si, lo sé -dijo subiendo los pies en las piernas de su hermana, ella lo miro con desprecio- mamá nos anda matriculando en ese infierno donde nos quiere mandar.

-No es un infierno Fabián -sin darse cuenta le estaba acariciando los pies de su hermano- es solo un colegio, bueno un internado.

-No Steph... -se levanto furioso- eso es una maldita cárcel con fachada de colegio.

-Fabi... mamá y papá se graduaron del Élite Way School.

-¡SI, Stephanie! -grito- y lo odiaron.

-Y también lo amamos, -dijo Roberta ingresando en la habitación- tu también lo harás.

-Pues no lo creo mamá -bufó y Roberta lo beso en la mejilla.

-Mami... ¿que traes en esa bolsa? -cuestiono Stephanie.

-Tus uniformes, cariño -le entrego la bolsa y ella saco una enagua a cuadros, una blusa blanca de botones, una corbata y unas botas con tacón.

-¿Y los míos? -preguntó Fabián molesto- ¿Me salvé de la cárcel?

-Lamento informarte que no te salvaste de "la cárcel" -respondió Roberta haciendo las comillas con sus dedos- tus uniformes quedaron en tu habitación, no son tan cute como los de tu hermana, tu falda es un poco mas larga y tus botas no tiene tacón pero se que te vas a ver super guapo.

-Muy graciosa mamá -dijo y luego abandono la habitación furioso.

-No te enojes cariño -grito Roberta entre risas- con o sin falda te vas a ver hermoso.

-Eres mala mami -Stephanie también se burlaba de su hermano- Mamita, te voy a extrañar mucho.

-¿Extrañarme? -sonrió y se sentó junto a su hija en la cama- Voy a ser igual que tu abuela Alma, los años que estuve en el Élite ella se la pasaba ahí metida, tratare de ser tan fastidiosa como ella.

-No exageres mami, prefiero extrañarte poquito. -Sonrió y luego se abrazaron.

-Son las siete de la mañana y ninguno de los dos esta listo, ¿puedes creerlo Jose? -dijo mientras hablaban al teléfono.

-Si, si te creo porque Ignacio ni se ha bañado y Daniela aun no baja a desayunar.

-A veces parecen hijos de Alma Rey -dijo fastidiada.

-Bueno, no serán hijos pero si son sus nietos -respondió Jose al otro lado del teléfono entre risas- Ademas Roberta, tu también eres muy lenta.

-Ay cállate, tu tampoco eres la mas rápida del mundo, ¿De que lado estas?

-Del tuyo gatita, siempre del tuyo -ambas rieron- ¿Sabes algo de Mía?

-Si, ayer en la noche hable con ella y me dijo que ya habían abordado el avión, que llegarían pasadas las once de la noche así que nos avisaría, me pidió que te avisara pero lo olvide.

-Bueno, lo importante es que los veremos hoy en el colegio, por que con lo intenso que es Miguel no creo que le permita a Alexa faltar a su primer día de clases.

-¡Ja! eso no lo pongo en duda, no deja a mi sobrina hacer nada. -ambas rieron- por cierto, ¿Lupe consiguió matricular a Mateo y Steven?

-Si, si lo logro... te informo que Mateo es compañero de tu hijo y los míos y Steven se encargara de fastidiar a Stephanie y Alexa.

-No puedo creer que este pasando... -Roberta hacia evidente su emoción.

-¿Pasar que? ¿mis sobrinos ya están listos?

-Si bueno, eso también, están desayunando con su uniforme del élite...

-¿Puesto? -interrumpió Jose sorprendida.

-No, están hechos un puño en sus mochilas... -suspiro- pero no era eso, lo que no puedo creer es que finalmente estemos a nada de reunirnos todos.

-Todos no, Roberta -esta suspiro pesado- si no me importa que suspires así, pero tu mejor que nadie sabes que sin Diego nada es igual.

-A ver Lujan, déjalo ya. No quiero saber nada de él.

-Roberta no puedes solo fingir que no existe, es tu esposo.

-Ay si Jose, pero pronto dejara de serlo... me voy a divorciar. Sabes que Jose, nos vemos en el colegio. -dijo terminando la llamada.

-Mamá... -susurro Steph con los ojos llenos de lagrimas- ¿te vas a divorciar de papá?

Por un momento Roberta había olvidado que sus hijos estaban en la cocina y podían escuchar todo lo que ella estaba hablando con Jose Lujan y sin titubear había gritado que se divorciaría, ahora no sabia que responder ante las miradas acusadoras de sus hijos.

Incluso Fabian que no se metía en temas que no le correspondían veía a su madre en espera de una respuesta.

-¿Mamá? -presionó el muchacho.

-Emmm... -dudo un poco, no estaba segura si era el momento- si, pero no creo que sea un tema para tratar aun. Ademas es algo que no he hablado todavía con tu padre.

-¿Ah no? -grito Stephanie- ¿Entonces cuando? ¿cuando ya estén completamente desligados?

-Hija, mira...

-Te odio, ¿me escuchas? -grito la muchacha- te odio, ahora entiendo porque nos envías a ese colegio, somos el recuerdo de tu fracaso con papá.

La muchacha gritaba, gritaba sin importar la herida que le ocasionaba a su mamá. De la misma manera que lo hizo muchas veces Roberta con Alma.
Después de gritar salio corriendo de la cocina y Roberta quedo completamente deshecha.

-Stephanie... Stephanie... muchachita venga acá.

-Déjala mamá, -hablo Fabián finalmente- Yo voy con ella.

Fabián abandono la cocina, al igual que su hermana y Roberta confirmo que todavía no era el momento de tocar un tema tan delicado con sus hijos.

Herencia RebeldeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora