Prologo

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Yuri caminaba con la mirada en el piso y furioso, estaba pasando uno de sus peores días. No había podido hacer la tarea y todo eso porque no organizó bien su tiempo. El trabajo le quitaba muchas horas y al quedarse a solas con el profesor este intento sobrepasarse. Malnacido pervertido y pobre idiota.

Él sabía que parecía un chico delicado y los imbéciles que lo rodeaban también lo creían, al final terminaban conociendo al verdadero Yuri Plisetsky. Fue ágil y lo derribo con una patada directo en el rostro, seguro dejaría un moretón. Aunque esta vez el dejarlo noqueado fue muy radical, pero en ese momento fue su única opción.

Su abuelo no estuvo bien estos días y él debía dedicarse a sostener esa pequeña familia. Yuri sacudió la cabeza recordando sus esfuerzos para presentar un aspecto pulcro y emprendedor aquella tarde. Su traje de chaqueta azul marino producía una sensación de seguridad y madurez. Le había costado amarrar su cabello rubio en una coleta, tratando de que pareciera ordenado. Pero claro, se dieron cuenta de que era menor de edad.

Cruzó la calle aun recordándolo todo y la frustración rodeo sus pensamientos; porque a pesar de haber conseguido otro trabajo gracias a un conocido, no es como estaba muy contento con lo que iba a hacer.

Sex-llamadas.

Quién en su sano juicio trabajaría en eso, pues él, un chico de casi 17 años que necesita dinero.

"¿No quieres que te lleve?" Otabek apareció en su motocicleta interceptando al pensativo Yuri. Éste le sonrió y medito un rato sus opciones. Lo razonable sería rechazar a su amigo, pues se entretendría conversando con él en vez de hacer la tarea. Luego recordó que su abuelo podría hacerle un exhaustivo interrogatorio acerca de su nuevo trabajo y sintió que su buen amigo serviría para entretenerlo.

Aun se desenvolvía una batalla interna en su cabeza sobre cuál debería ser la mejor decisión, cuando Otabek se bajó de la motocicleta y se acercó a Yuri para subirlo de una buena vez. " Piensas demasiado y lamentablemente no pesas nada" Dijo esto último tratando de cargar a Yuri.

"¡Qué rayos!" Yuri carraspeó en los brazos de Otabek, y éste solo siguió con sus planes.

Esta no era una buena manera de comenzar a contar su trillada historia.

Sexcall with ¿my friend?Where stories live. Discover now