Capítulo 6

4.7K 318 53
                                    

"Si nuestro destino eventualmente se ahogara, entonces vamos a hundirnos hasta lo más profundo" Kuroshitsuji, portada del manga capítulo 59.

POV CIEL
El tiempo había pasado logrando entibiar aún más el agua que ya estaba casi fría en la bañera, la cual tenía unos remanentes de la espuma provocada por los jabones líquidos que Sebastian había utilizado para perfumar el baño. ¿Será posible que las paredes de esta habitación griten todos los secretos que acaban de escuchar? Porque en estas cuatro acabo de atesorar palabras y momentos que construyen aún más lo que ese demonio y yo somos; es así como las casas y las habitaciones se llenan de memorias, de sentimientos y de decisiones entrañables que rotulan el margen de tu futuro cercano.
Desde que comencé mi camino junto a Sebastian he aprendido a transformar aquello que parece ser inamovible en lo que le corresponde como su contrario, valiéndome tan solo de palabras y acciones certeras; hacer de la oscuridad, luz; crear sendas donde no hay camino que seguir, hacer de la ausencia, existencia, una presencia abarrotada de ser.
Y ahora, éste era mi momento, me había adueñado de la situación, justo en el instante donde Sebastian se creía dueño del ambiente, de mi mente, de mis decisiones, de la manera correcta o incorrecta en la que podía actuar, lo había vencido en su propio juego.
Oh Sebastian, ¿es que aún tengo que enseñarte quién es tu Amo?
Con un chasquido te tendré a mis pies, unas palabras bastan para que tus acciones sean tal y como las imagino, para hacer de mis deseos ,órdenes. Y si necesito llevar esto a mis límites, lo haré. No como una manera de perderme en las posibilidades que ser un Conde me brinda, sino porque soy capaz de mostrarte aquello que se sentía como una estocada, los sentimientos que juraba demasiado puros y reales como para que me perteneciesen; porque es así como tú me enseñaste a ser, demonio, mis pensamientos los sabes transformar en escenas que se desenvuelven frente a mis ojos con una agilidad asombrosa. Y ahora éstas son las imágenes que había guardado para mi, las ideas que había bañado de sutiles y suaves palabras en mi mente, esto es lo que había deseado haciéndose realidad.
Sonreí por lo bajo repitiendo estas últimas ideas en mi mente, para figurar qué es lo que haría ahora, pero un movimiento parecía bastar para poder colocarme la corona del triunfo ahora mismo.
Mi mano que estrujaba la camisa de Sebastian, la llevé a uno de sus mechones de cabello para enredarlo finamente entre mis dedos, jugueteando con el,  que entre hebras caía suavemente sobre sí mismo, mientras acercaba mi rostro a tan solo unos centímetros del suyo, pudiendo respirar sobre sus labios  –¿no terminarás el baño, Sebastian?–susurré frente a su boca, clavando mi mirada en aquellos ojos carmesí que a penas escucharon mis palabras y descifraron mi movimiento, reflejaban no sólo confusión, sino deseo, incomprensión, ganas, frenesí por comenzar una carrera sin meta definida.
-Bocchan...– intentaba esclarecer Sebastian, revolviendo seguramente entre sus pensamientos las palabras que podían parecer ajustarse a la situación, pero por mucho que las buscase, juro que él nunca habría podido calcular no solo mis movimientos, sino lo que ahora mismo impulsaba mis acciones.
Tus debilidades son más que meramente físicas, demonio.
En un movimiento, me alejé del cuerpo de Sebastian, para sentarme en seiza*, de esta forma el agua cubría un poco más arriba de la mitad de mi torso, –¡vamos! , aquí–dije mientras apuntaba a mi nuca y espalda del lado izquierdo –termina de lavar, que el agua se enfría –concluí con un dulce tono arrogante que juro solo usar con él mientras le miraba por encima de mi hombro.

POV SEBASTIAN
¿Cómo es que lo había conseguido? El mismo, la situación, el ambiente, mis acciones, mis palabras, mi mente; todo lo que se encontraba dentro de esta habitación le pertenecía en más de un sentido a Ciel en éste momento, todo aquello que parecía no ser oportuno, desconsiderado e incluso aquello que consideré un peligro para mi apetito, había cambiado en tan solo unos instantes para ser de la manera en la que éste mocoso lo quiere.
Mientras aún intentaba dirigir mi mente por un mismo hilo de pensamiento para no solo entender lo que había pasado, sino cómo había pasado, él ya estaba dirigiendo sus nuevos pasos, adelantándome frenéticamente y dejándome tan detrás de él, siguiendo su voz a través de nuestros deseos que mezclados nos atrapaban en las cadenas de éste contrato que prometen fidelidad incondicional.
Engreído, egoísta, vengativo, terco, pasional, cauteloso, calculador, y entregado, eso y cientos de claras imágenes mentales son lo que constituye al Joven Amo, a éste mocoso que no sabe que si juega con fuego se quemará ¿será necesario desatar un incendio para que entienda lo peligroso que puede ser esto, Bocchan?
Pero sobre todo eso, son acciones las que caracterizan a Ciel de forma clara, sus actos sin remordimiento que se guardan en un alma tan pura, son los que me abren una y otra vez el apetito, son los que me hacen desear tanto su alma que puedo incluso disfrutar los momentos que como mayordomo paso a su lado, ya no solo ansiando el espléndido final, sino, deleitándome con el recorrido.
-Ah...éste niño–pensé mientras jugueteaba con uno de los mechones de mi cabello, para que en un segundo, ya estuviese sentado en el fondo de la bañera, apuntando con sus finos y largos dedos a un punto inconcluyente en su espalda. Aunque estoy seguro que si él supiese que lo llame niño, aún tan solo en mis pensamientos, ya estaría intentando probarme por todos sus medios con una cara de enojo que no lo es, que él ya creció, que no necesita mimos ni palabras dulces, que él ya no teme a nada, que el futuro es todo eso que está dentro de sus posibilidades y que escribe con su puño y letra todos los días, firmando con las palabras de la venganza sus metas, pero por muy empeñado que esté en aquella aseveración, no puede mentir en lo infantil que es su existencia, su cuerpo aún posee las características de un pequeño delgaducho noble de su edad, y esta premura por jugar apostando todas sus cartas al mismo triunfo, delatan su pueril estrategia.
-¿Es realmente solo un baño lo que necesita terminar ahora, Bocchan?–pregunté sonriente, acercándome al borde de la bañera, sumergiendo una de mis manos para alcanzar por el frente el abdomen medio de mi Joven Amo, reprimiéndome mentalmente por haber actuado tan directamente, pero disfrutando cada centímetro de la piel de Ciel que mi mano podía abarcar, deleitándome de su textura como si nunca antes lo hubiese tocado, como si aquella blanquecina no hubiera conocido mi piel antes.
Juzgándome erróneamente por haber disfrutado del tacto pero ¿podría pretender para estos deseos que no somos mi Bocchan y yo, un amo y mayordomo comunes? Me permitiré relucir la naturalidad demoníaca que Ciel ansía probar.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jul 29, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Esposando a un demonioWhere stories live. Discover now