>Capítulo 27

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No desperté a Joel para que me relevase, y antes de que pudiera percatarse de que no había dormido nada, empecé a molestarlo con su edad. Yo había intentado dormir de vez en cuando por pocos segundos, pero sentía el cansancio encima. A pesar de todo, debía escondérselo.

—Tenemos que volver— dije después de charlar de cosas triviales. Su sorpresa fue instantánea.

—¿Volver? ¿Por qué? ¿Quieres volverme loco? Acabamos de huir, no tiene sentido volver. Y más con las sospechas que tenemos de Susan. Aquel infectado era sin duda un hombre de Susan que un día se lo llevó por no haber trabajado— se llevó una mano por la cara, parecía que siguiera cansado—. No sé tú, pero yo no volví a ver a los que se llevaron. ¿Quieres enfrentarte a lo que quiera que haga Susan con los que desobedecen?

—Antes no te importaba un poco de acción— bromeé, pero no surtió el efecto que esperaba. Suspiré—. No quiero volver porque sí. Tenemos que sacar de ahí a Eddy.

—¿Eddy?— ahora estaba todavía más confuso—. Te está sentando mal no dormir— lo miré mal—. Así que de eso se trata: de tu querido amiguito. No pienso volver a por él.

—No lo entiendes, es como yo.

—Un adolescente que no sabe tomar una decisión y mantenerla.

—¡Joel!— le grité exasperada, sin importarme si no pasaba inadvertido para alguien que se encontrase cerca—. No me refiero a eso. Es como yo: lo muerden y no se transforma— Joel frunció el ceño; al final lo mataría de tantas sorpresas—. Me enseñó una marca de mordedura, tenía años aquello. Tres según él— Joel apartó la vista de mí, parecía que ahora sí meditaba la posibilidad de volver.

—En ese caso... Tal vez podamos intentarlo— volvió la vista a mí—. ¿Pero por qué no pediste que viniera contigo? Seguro que lo habría hecho— su tono en aquella última frase cambió, y yo no entendía porqué.

—Se comportaba como un imbécil, diciendo que no podía irme, que me lo impediría...— Joel me miró como si fuera un caso perdido.

—La próxima vez, cuando vayamos a sacarlo, dile que venga contigo. Ahora duerme.

—Se lo diré mientras lo apunto con un arma— convertí mi mano en una pistola y la pusé frente a él, simulando lo que haría—. Está bien, dormiré— dije volviendo a la normalidad y sintiendo el peso de mis párpados. No quería dormir, creía no necesitarlo pero...

The Last of Us   {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora