ACUARIO

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"... Uff, si me dejara derrumbar por todas las cosas que me pasan en un solo día..."

La vida es todo un compendio de vivencias, experiencias buenas y malas, éxitos y fracasos.

Se suponía que mi día comenzaba con un "madrugo y acabo con esta tarea de la U"; seguido de "un me baño, me cambio súper rápido, llego a primera hora a la Universidad, busco a mis profesoras de los primeros cursos del día y les explico que no podré asistir para después salir corriendo a imprimir mi CV, llamar Uber (taxi) y llegar unos diez minutos antes a la entrevista de trabajo". Esa era la idea... Pff... ¿acaso creen que algo salió como lo planeé?

Lo que pasó fue que mi alarma no sonó y me desperté dos horas más tarde de lo que debía, me levanté de golpe y corrí escaleras abajo a terminar mi trabajo. La hora se pasaba volando y cuando por fin terminé de alistarme no me quedaba tiempo más que para imprimir mi CV. Tendría que hablar con mis profesoras luego. Caminé lo más rápido que pude con mis tacones altos y llegué a los puestos de copias e impresión, compré un fólder y ya todo listo, pedí un taxi.

En la pantalla me salía que me recogería en unos 4 minutos y que además mi tiempo de llegada a mi destino me dejaría media hora extra para calmar mis nervios y así estuve esperando y esperando... Cinco, diez... ¿qué tanto más se iba a demorar? Estaba consciente del tremendo tráfico que había por el desvío a causa de uno de los tanto arreglos de nuestro querido alcalde (nótese el sarcasmo), pero 25 minutos ya era mucho cuando se suponía que el carro estaba cerca. Volví a mirar mi móvil y me di con la sorpresa, de que ningún auto iba a venir por mí. ¡DEMONIOS! El conductor había cancelado. Ya era demasiado tarde como para tomar el bus, jamás llegaría a la hora; así que volví a pedir otro y esta vez me aseguré de ver todo su recorrido en el mapa que me aparecía en la pantalla. No lo perdería de vista hasta que lo tuviera en frente de mí.

Para mi suerte, este chofer sí llegó. El señor era muy amable, y aplacó mis nervios por un momento. Le pregunté si llegaríamos a tiempo y me dijo que haría lo posible y así lo hizo. Cuando llegué al edificio, pregunté en recepción por la persona que me haría la entrevista, y me pidieron mi DNI... entonces lo recordé, se me había olvidado sacarle la copia a mi DNI. Ok... Lo busqué y lo entregué, ya hablaría con la persona encargada para que me diera chance de traerlo luego si era necesario.

Llegué a la oficina indicada y varias personas estaban allí, un alrededor de cincuenta candidatos. Nos hicieron entrar en un salón pequeño y nos sentamos en unas carpetas, y de ahí nos llamaron para pasar la primera prueba, la de tipeo. Para mi suerte, escribo rápido y saqué el mayor puntaje de mi grupo. Luego de eso, nos llevaron a otro salón, ahora sería un test de razonamiento. Teníamos cinco minutos para resolver lo más que podíamos. Intenté responder tantas como pude, pero ellos sí que fueron estrictos con el tiempo. Recogieron las pruebas y se fueron dejándonos ahí solos. No estaba segura si había pasado porque cuando regresaron llamaron a varias personas y yo no estaba entre ellas. Solo quedamos cinco gatos, y eso nos hacía sentir confundidos. Un chico le preguntó al encargado apenas volvió a entrar por la puerta "No entiendo. ¿Se supone que nosotros somos los que hemos pasado?" y él respondió "Sí. Por supuesto."

Ok...

Nos volvieron a reunir y nos reagruparon por horarios. Yo elegí el turno en la tarde, era el único que no se cruzaría con mis clases. Me cambiaron de salón, me pidieron mi CV y fui la segunda en pasar entrevista.

- ¿Vives cerca? ¿A cuánto tiempo estás de llegar aquí?

- Sí vivo cerca, pero el problema es el que hay en la Av. Principal, por la construcción del ByPass, hay tremendo embotellamiento

- ¿A qué hora sales de clases? ¿Cuál es tu horario disponible?

Y esta fue la pregunta que malogró todo.

- A las tres y media

Ella me miró a los ojos y me dijo. "Las capacitaciones empiezan a las tres y no se aceptan tardanzas. Tendrías que administrar bien tus horarios de clase, tendrías que organizar tu salida..."

Esperen, ¿qué? ¡No! Yo no voy a cambiar mi última clase por nada, ¿saben cuánto estuve esperando y deseando llevar curso con ese profesor? Año y medio. No, no iba a dejar de estudiar con él. Es un máster, no lo iba a dejar por nada. Tomé mis cosas, agradecí por la oportunidad, entregué los papeles y me fui.

De haber sabido eso...

Eran las 11:20, justo había comenzado mi segunda clase. Fuck.

Crucé la calle, y caminé unas cuantas cuadras hasta llegar al paradero. Tomé un bus que me llevaría de regreso a la Universidad. Pasaron unos 15 minutos, sí llegaba. O al menos hablaría con mi profesora. Bajé y caminé, de hecho corrí antes de que el semáforo cambiara. Caminé hasta una de las puertas más cercanas y entré, sentía algo raro al momento de caminar, pero intenté no hacerle caso hasta que se volvió insoportable. Miré mis pies y... ¡Rayos!, la plataforma del zapato se estaba despegando. Tenía que seguir caminando, mientras que se me ocurría qué hacer con el zapato. Una solución.

Caminaba de la forma más normal posible, como si nada pasara hasta que llegué a mi Facultad y entonces tenía dos opciones. O iba a comprar cinta adhesiva y hacer la técnica de mi madre cuando a ella también le pasó lo mismo - es decir, envolver la cinta alrededor de la plataforma de manera que no se despegara - o me iba a casa y de paso me daba un baño. La opción 1 me daba chance de alcanzar a la profesora y la opción 2 no. Pero esta última me daba la oportunidad de relajarme y soltar todo lo malo que me había pasado en el día. Me decidí por la segunda.

Ya había avanzado gran parte del trayecto, la mitad, me quedaba dos cuadras y media... y justo, justo allí, a mitad del parque, "Crack" la plataforma se quedó detrás de mí. Fuck.

Una señora muy amable que venía detrás de mí me aconsejó que lo llevara al zapatero que estaba justo a unos pasos, pero ya estaba tan cerca de casa... Me senté y me quité los tacones. Caminaría sin zapatos. Con ambos zapatos en la mano y como toda Acuariana que se respeta, caminé descalza como símbolo de que ningún obstáculo me detendría. Caminé como si fuera lo más normal del mundo, con la cabeza en alto. Pasé al lado de unas cuántas personas y ninguno hizo escándalo, más bien creo que se inspiraron.

Jajaja

Cuando llegué a casa, mis familiares no creían lo que había hecho, se rieron y dijeron que era una loca por hacer eso, pero qué más podía hacer, ¿quedarme ahí a llorar, a renegar? No, la vida sigue. Ellas si se molestaron porque me hicieron perder el tiempo en esa entrevista, pero por otro lado, mi madre me dijo que había ganado experiencia. Se sentía orgullosa, yo supe afrontar mis problemas.

 Se sentía orgullosa, yo supe afrontar mis problemas

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