Son historias de los signos del Zodiaco, en especial de Acuario. Soy Acuariana y siendo sinceros describo mejor a mi signo que a los demás; sin embargo, tengo amigos de otros signos y trato de retratarlos lo mejor posible en mis historias. Pero uste...
Siempre busqué y deseé tanto el amor... pero soy irónica. Descubrí o más bien admití que le tenía el temor más grande del mundo. Me daba miedo enamorarme perdida y locamente de alguien, me aterrorizaba la idea de entregarme por completo y quedar a merced de otra persona. Siempre fui independiente y "desapegada emocionalmente" – por así decirlo – a cualquier otra pareja que haya tenido en el pasado. Nunca antes en mi vida me había enamorado y cuando descarté cualquier posibilidad y me resigné de gozar de este sentimiento llegó él. La persona que me hizo sentir y vivir en carne lo propia lo que es el amor. No voy a negarlo, y es que de verdad aún me asusta. Si antes me horrorizaba la idea de perderme a mí misma y a "lo que el amor implica", hoy él me da esa confianza para saber que no debo temer a nada. Ya no más. Él me hace sentir segura y protegida, y lo más importante es que sé que, pase lo que pase, él siempre estará ahí para mí y nunca me pedirá que cambié. Porque él se enamoró de esta loca sociable que tiene tantos amigos como una bella noche estrellada. Decidió quedarse junto a esta mujer que vive enamorada de los misterios de la luna y la madrugada. Y si él está dispuesto a correr riesgos por mí; entonces, yo estoy dispuesta a correr este riesgo... por él.
- ¿No es hermoso? – le pregunto mientras doy vueltas y me dejo acariciar por el suave viento que toca mi rostro.
- Me encanta el olor del árbol del cerezo – me dice.
- Sí. A mí también – afirmo manteniendo aún mis ojos cerrados. – A eso y al rocío que dejó la madrugada. Es perfecto.
- Lo sé – lo miro y extiendo mi mano en su dirección. Cuando la toma, lo acerco a mi lado y lo abrazo aferrándome a su cintura. Él deja caer su brazo derecho sobre mis hombros y apoya su barbilla encima de mi cabeza.
Habíamos pasado el fin de semana en casa de la familia de Escorpio. Ellos viven en el campo, alejados del trajín de la ciudad. Y estas dos noches que la pasamos ahí nos escabullimos de nuestras habitaciones a apreciar la encantadora belleza y maravillosa magia del amanecer.
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---ESCORPIO---
- La casa se siente tan vacía – la oí suspirar. – Escuché a Capricornio hablar con Piscis, creo que se van a mudar... Quizás sea tiempo que nosotros también lo hagamos – susurró mientras agachaba la cabeza.
- ¿Estás segura de ello? – la tomé por sorpresa, creo que no esperaba que llegara a escucharla. Después de unos segundos solo encogió de hombros.
- Adivina, ¿qué? – cambio de tema mientras corría a sentarse sobre mi regazo.
