Capítulo 7

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Maratón: 1/Final

Un fuerte y desconocido aroma dulce inundó por completo las fosas nasales del castaño por lo cual su estómago rugió y sus ojos se abrieron con pereza junto con un leve dolor de cabeza acompañándole. Sus brazos se estiraron y sus manos acomodaron su cabello sin ganas, observando las sabanas oscuras y el alrededor de la habitación más que conocido en la que se encontraba.

SeokJin sonrió y restregó sus ojos con sus puños mientras se sentaba en la cama y soltaba un gran bostezo. Frunció el ceño y notó que realmente no se entraba desnudo, una camisa de una o dos tallas mayor que él, se encontraba un poco mal colocada en su cuerpo por lo que había supuesto que NamJoon se la había colocado aquella mañana cuando se había despertado antes que él ya que no se encontraba a su lado.

Era extraño ya que SeokJin realmente no se quedaba a dormir en la casa de los chicos con los que salía a sus "citas" a pesar de lo más cansado o adormilado que se encontrara, normalmente luego de haber terminado una placentera sesión de sexo, SeokJin se vestía de nuevo y se despedía del chico además de que usaba protección a cada momento mas claramente con NamJoon todo había sido diferente. SeokJin se había quedado a dormir en la casa del moreno y ni siquiera recordaba si habían usado protección aunque en su caso realmente no le importaba, SeokJin también había dormido cómodo, había disfrutado la noche y la calidez de NamJoon la cual le brindaba confianza y comodidad al momento de quedar completamente dormido, sentir su piel junto con la de NamJoon era la mejor sensación que había sentido en su vida, era tan reconfortante y hacía que tu cuerpo pidiera más y más de aquella tan deliciosa sensación de tener alguien a tu lado que te quiere a pesar de la mala persona que puedes llegar a ser, a pesar de que NamJoon sabía de qué para SeokJin, él solo era un chico más a su lamentable lista de "Caídos por los encantos de Jin".

—Oh Jin hyung me alegro que ya estés despierto, justo venía a decirte que despertara para desayunar. —dijo NamJoon iluminando su sonrisa con su par de hoyuelos.

—Pensé que tu madre te tenía prohibido dar un paso dentro de la cocina, de verdad ¿Cocinaste? —se burló Jin sonreído levemente mirando el par de tiernas imperfecciones a conjunto de las mejillas del moreno.

NamJoon hizo una mueca y se acercó a su closet mientras revisaba sus cajones—Cocinar por lo que se dice cocinar no realmente, algo así. —Jin rió—Supongo que querrás ir al baño antes de ir a desayunar. Te dejé ropa en el escritorio de por allí y —NamJoon se volteó y se acercó a SeokJin para extenderle un cepillo de dientes—, es nuevo así que puedes utilizarlo.

—Gracias Joonie. —le agradeció tomando el cepillo entre sus dedos.

—No es nada hyung. Te espero para desayunar, no tardes. —le recriminó antes de salir de la habitación y dejar al castaño solo en aquella gran cama.

SeokJin miró el lugar donde el moreno le había dejado las prendas y sonrió al ver como se encontraban perfectamente dobladas y con un llamativo olor a desodorante realmente reconocible por el aroma que NamJoon siempre carba a en sí. También lo había notado en su cama, el olor a fresas y menta inundaba sus fosas nasales, se podía sentir en el olor de sus almohadas, de sus sabanas, de su ropa, de su habitación en general; un olor el cual SeokJin denominaba como algo tan delicioso y característico del moreno, un olor el cual simplemente no se cansaría nunca de degustar con sus fosas nasales.

SeokJin se levantó sin ganas y caminó con sus pies descalzos hasta el escritorio para tomar las prendas y salir luego de la habitación hasta el baño que se encontraba a dos habitaciones de la de NamJoon. Lamentablemente, su acción fue interrumpida al ver a un lado de la puerta dela habitación, arrinconada una pila de hojas de papel arrugadas en montaña lo cual le llamo la atención al instante.

Rompe corazones [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora