IX. El Peinado

384 32 8
                                    


Coro:

¿Cambiarías tus ideas por libertad? Pues el cabello se mueve libremente como si tuviera vida propia igual que tus ideas.

Tsukishima Kei

No me gusta ____, no me gusta ____. Ella no me es atractiva, no está ni cerca de parecerme. No es no, sigo sin entender porque siguen insistiendo, no puedo crear un romance creíble y sin embargo, aquí estoy parado.

JULIETA:

¡Oh, Romeo, Romeo! ¿Por qué eres Romeo? Renuncia a tu padre, abjura tu nombre; o, si no quieres esto, jura solamente amarme y ceso de ser una Capuleto.

ROMEO:

¿Debo oír más o contestar a lo dicho?

JULIETA 

Sólo tu nombre es mi enemigo. Tú eres tú propio, no un Montesco pues ¿Un Montesco? ¿Qué es esto? Ni es piano, ni pie, ni brazo, ni rostro, ni otro componente. ¡Oh! ¡Sé otro nombre cualquiera! ¿Qué hay en un nombre? Eso que llamamos rosa, lo mismo perfumaría con otra designación. Del mismo modo, Romeo, aunque no se llamase Romeo, conservaría, al perder este nombre, las caras perfecciones que tiene. -Mi bien, abandona este nombre, que no forma parte de ti mismo y toma todo lo  mío en cambio de él.


ROMEO Te cojo por la palabra. Llámame tan sólo tu amante y recibiré un segundo bautismo: De aquí en adelante no seré más Romeo

De aquí en adelante no seré más Romeo, No entiendo porque resuenan tanto esas palabras, porque me da miedo sentir más; ___, estaba diciendo su línea. Cada vez que veía como alzaba su voz se me hacía un nudo en la garganta. ¿Qué debo hacer para dejar de pensar en ello?

Momotarou Yomonagawa

—¿Cómo iba a cansarme de esto?— dije quitándome los audífonos. Noya que estaba viendo fijamente a donde estaba, detuvo la grabación y se acercó a mí.

—Ibas muy bien, ¿Pasa algo, Momo-chan?— Preguntó en su desasosiego.

—Es ____ y Tsukishima... Todo iba de las mil maravillas y...—

El libero, me abrazó para reconfortarme, aunque no lo dijera mi mejor amiga y yo sabíamos que era en parte mi culpa; desde que empecé a salir con Yuu-kun, nada ha vuelto a ser igual.

—Bien...— respiré y el chico se soltó de mí. —desde arriba—. El chico eliminó el audio anterior y se preparó para iniciar.

...

—Buenos días— saludé a Yamaguchi, el chico luego de salir de su mundo, saludó de regreso. A su par estaban Tsukishima y ____, dormidos, cada uno en su respectivo escritorio.

—Puedo preguntar ¿Qué pasó?— le dije al de pecas. Él se encogió de hombros y no respondió a lo que supuse que no sabía, me acomode en mi lugar y abrí mi bolsa para sacar la chumpa de Nishinoya.

¡No seré tu Romeo!¡Tampoco seré tu Julieta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora