VII. Mímica

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—¡DÉJATE DE TONTERÍAS—.

—¡NO SABES NI LA MITAD DE LO QUE HABLAS!—.

—¡TE ESTÁS DESPERDICIANDO!—.

—¡CÁLLATE NUNCA LO ENTENDERÍAS—.

—Lo sabía... No eres como tu hermano—.

—Que bueno, que lo notaste—.

—¿¡A QUÉ TE REFIERES CON ESO!?—.

—¡A QUE ME NIEGO A CAMBIAR DE POSICIÓN!—.

...

Solo corre, olvida el pasado. Soy una cobarde.

¡TE ESTÁS DESPERDICIANDO!—

Lo se ¿Crees que es fácil ser la hermana de Suga-san? No lo es, pues nunca llegaré a ser ni la sombra de lo que él es. Porque esperan mucho de mí siendo alguien totalmente distinto, yo no soy él.

—¡NO SABES DE LO QUE HABLAS!—

Seguramente si lo haces, o tal vez no. Nunca me has dado la oportunidad de conocerte, te vives escudando del mundo; luego me recriminas que soy falsa.

—¡¿POR QUÉ TU SI LO HACES?!—.

Porque soy yo la que tiene la culpa de muchos de los problemas que ni siquiera están ea mis manos, soy yo la que tuvo que cambiar para bien; Porque si fuera el yo de antes, no sabrías que existo, ni te molestarías en ver a la chica de cabello gris que pasa a tu lado todos los días.

Porque creo que debajo de esa coraza sarcástica existe alguien que se preocupa por sus amigos y que simplemente es el mismo; Porque diferente a mí tiene vida y no es solo una marioneta.

—___...— me llamó Tsukishima, mientras se acercaba más, aún tenía la cara un poco roja; —Por favor, Kei— dije su nombre sin importarme nada —Ahora no es un buen momento—. Mi ira regresaba pero esta vez en forma de lágrimas, no quiero hablarle ahora solo quiero correr y ocultarme.

—Sí, sí es momento de hablar—dijo mientras me hacía girar para verle, yo trataba de soltarme del agarre. Él hacía más fuerza, tanto que debería empezar a dolerme pero no sentía nada, su rostro ahora demostraba un semblante serio y neutro. —Suéltame— le dije temblando, no era el mejor momento para hablar.

Él se negó, y me acercó más a su cuerpo, pasando uno de sus largos y delgados brazos por mi cintura para evitar mi escape. Por lo que empecé a forcejear, dejando caer mi suéter en el suelo, lo empujaba con todas mis fuerzas pero su mayor masa hacía que por mucho que lo alejara, el se acercaba más; sus dedos apretaban el cintillo de la falda y seguramente dejarían marca.

—¡Es perfecto!— gritó Hitoka-san, desde el otro lado del pasillo.

•••

Coro:

Sea la mímica, lo que define la expresión del personaje como una máscara que ha de cubrir su pasado ante los demás.

Momotarou Yomonagawa

—Tsukishima-san, podemos hablar—. Le dije al rubio quién me respondió con un chasquido de lengua, por lo que vi a Yamaguchi quien me asintió y se fue corriendo por el pasillo a por ___.

¡No seré tu Romeo!¡Tampoco seré tu Julieta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora