VI. El Gesto y el Tono

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Coro:

El Gesto y el Tono se complementan, pues formará parte de la caracterización en escena del personaje.

____ Sugawara

Luego del incidente de Momo, me he juntado más con Yamaguchi y Tsukishima, el primero es un pan de dioses, no tengo nada más que decir y el otro tiene un nivel de acidez y amargura proporcional al tamaño de su ceguera y altura. Ya practicar con él era bastante difícil pues debíamos lograr que se viera un romance lo bastante digno de Romeo y Julieta, pero, pero siempre que trataba de hacer creíble lo que decía me ponía roja de la vergüenza y bajaba mi vista, me sentía débil como si todo lo que dijera viniera directo del corazón... Dejando de lado el hecho que Yamaguchi se moría de la risa cada vez que pasaban, no deseaba hacer nada más que irme de ese lugar pues Momo me hacía un poco de falta y pues... Necesito hablarle, mucha testosterona, es malo para el cerebro. -____-chan- Escuché la voz de Yamaguchi sacándome de mis pensamientos. -Disculpa a Tsukki ¿Sí? Él no pretende ser alguien así- suspiré pesadamente, ya me sabía ese discurso. -Dile que si no pretende ser alguien así que al menos el se disculpe en persona y que no mande a su mejor amigo como mensajero-. Me di la vuelta y seguí con mí camino, no quiero llegar tarde al club.

-¡____-CHAN!- Miel para mis oídos, era Momo, quién venía corriendo hacía mi. Sonreí de lado, mientras ella se acercaba rápidamente. Me moví a la derecha para que no me arrollara, hoy no funcionó pues me tomó la mano y me hizo correr detrás de ella. Hasta llevarme al cuarto del equipo, donde estaban todas arreglándose el uniforme y cotilleando sobre temas de interés; -Hablando de la Reina de Roma- soltó Nath, que desde que empezó a salir con mi hermano era más feliz. -Hitoka-san, necesita tu ayuda-.

La mánager del equipo de Volley se acercó tímidamente, no habíamos intercambiado más que unas palabras. -Suga-san... Sugar-san....- empezó un poco nerviosa a lo que le sonreí amablemente. -Solo dime ___- le respondí. Era casi un sistema nervioso andante, pues no podía evitar el frotar sus manos y ver hacia abajo. Me recuerda un poco a mí, durante mis días de la primaria.

-Ne-Necesito tomarte una foto-. Giré mi cabeza ante su petición, no sabía que pediría tal cosa; No es que me guste tomarme fotos, pero una cada tanto no le cae mal a nadie. -Claro, si quieres la tomamos ahora- le respondí sin pensar, MALA idea. -Entonces... Iré por Tsukishima-san- Sentí que se me iba el alma a los pies, no quiero, no quiero, ¿No puedes tomarnos fotos separadas y luego photoshopearlas? ¿No? Bien... Vamos a tirarnos del segundo piso. -Creo que será mejor, que vayamos- dijo Hitoka. Yo me limité a seguirle mientras mis amigas me miraban contenido las risas. En el cuarto del equipo de volley escuché a Hinata gritar: "¿Quieres pelear? Tsuki-shit-ma". A lo que encarné una ceja, vi a Hitoka esperando una respuesta.

-Eso es pan de cada día-. Comentó, antes de tocar la puerta; me limité a esperar a que la abrieran, pues la última vez que entré allí, no sabía en que me metía. Asahi-san abrió la puerta, le saludé con una sonrisa grande, pronto me quitarían la ortodoncia así que debía aprovechar a recordarles a todos que utilicé el aparato ese infernal. El nos saludó a ambas y rascando su barba más que una pregunta estaba casi asegurando -Buscan a Tsukishima-. Ambas asentimos y el volteó su cabeza para llamar al rubio.

Tsukishima Kei

-Tsukishima-san, Hitoka-chan y ____-chan, te llaman-. Escuché a Asahi del otro lado de la habitación, mientras Hinata hacía un ruido parecido a un gato. Simplemente me di la vuelta para no hacerle más caso; caminé hacia la puerta donde estaban las dos chicas. -Tsukishima-san ¿Puedo pedirte un favor- preguntó Hitoka.

¡No seré tu Romeo!¡Tampoco seré tu Julieta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora