True

1.9K 213 43
                                    

Rachel

-Jake- Murmuré.

-Veo que ya estas en tus cinco sentidos- dijo mientras sonreía -es hora de jugar- azoto la puerta, yo no podía dejar de temblar.

Él me acorralo de nuevo contra la pared, no podía ni siquiera mirarlo a los ojos, sentía un terrible miedo. Le temía.

Sentía su respiración en mi cuello.

-Dejame ir...- dije con voz apenas audible.

-No te escuche- dijo levantando mi barbilla con su mano. Parecía burlarse de mi.

-Por favor...- dije con miedo -dejame ir-

-Mirame a los ojos- hasta entonces yo había mantenido los ojos cerrados, y por el miedo me resultaba realmente difícil abrirlos -¡Mirame a los ojos!- ordenó y los abrí.

Sus ojos de color negro dejaban ver la locura, la obsesión de el que en algún momento considere mi amigo.

-¿Por que haces esto?- dije.

-¿Por que? Es curioso que lo preguntes. ¿Por que? Pues realmente no lo se- sonrió.

-¡Yo te consideraba mi amigo!- grite ante la desesperación y el miedo.

-¿Tu amigo?- soltó una carcajada -es una pena que en este mundo no existan amigos, admitelo, tu no sabes nada sobre nada. Además ¿tu hablas de amistad? A ti no te importa nadie más que tu. Y así es la vida-

-No es cierto-

-¿No?- saco su celular- ¿Y esto que es?- me lo mostró, era Jade atada a unas cadenas, sangrando.

-¡¿Que le hiciste?!-

-¿Yo? Todo esto lo causaste tu-

-¿De que hablas?-

-¿Que no lo recuerdas? Oh es cierto, estabas demasiado ocupada con tu noviecito como para preocuparte por tu amiga-

-¡¡Eso no es cierto!!-

-¿No? Entonces ¿por que no la llamaste ni una sola vez? Tal vez ella te hubiera dicho que últimamente se sentía observada. Si en realidad fueras su amiga, ella no estaría aqui-

-¡¡Mientes!!- grite, ni siquiera me di cuenta de cuando había comenzado a llorar -No es mi culpa ¡¡Es la tuya!!-

-¿Mia? Yo no fui quien la dejo sola, caminando por oscuras calles-

-¿Donde esta?- pregunte.

-Eso no importa, además muy pronto te reunirás con ella- sonrió.

Inmediatamente recibí un golpe en el estomago que me dejo sin aliento y me hizo caer. Un golpe en la nuca basto para dejarme inconsciente.

...

Mi cuerpo se sentía pesado, me dolían las muñecas. Abrí los ojos, estaba de pie, mis manos estaban hacia arriba atadas con unas cadenas que eran las que me obligaban a estar de pie.

Ni la muerte podra tocarte (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora