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Emma

— ¿Qué tal va todo con Jos, Emmy? —pregunta mi madre.

— Mamá ya te he dicho que Jos y yo solo somos amigos —como otra cucharada de cereal—. Además es ex novio de Fernanda, no lo olvides.

— Sí pero, ella lo entendería ¿no crees? Supongo ya se habrá dado cuenta de cómo se miran.

— ¿Y cómo se supone que nos miramos, señora cupido? —pregunto rodando los ojos.

— Cómo si su mundo dependiera de la simple existencia del otro, cuando se miran congelan el tiempo: solamente son sus ojos los que hablan expresando todo lo que las palabras no son capaces de explicar —suspira teatralmente.

Sonrío, no digo nada pues no la había visto tan feliz desde que Franc terminó con su novia hace un año, pobre chica, tenía una actitud insoportable pero tampoco merecía el odio de mi madre.

Termino mi desayuno, me despido de la señora que me trajo al mundo y voy a la parada del autobús para seguir con mi vida rutinaria, sorprendentemente el conductor decide manejar tan rápido que en siete minutos me encuentro a pocos metros del colegio en donde veo al pelinegro (con ese estilo que tanto lo caracteriza) justo en la entrada, me saluda con la mano cuando me ve de lejos y me recibe con un beso en la mejilla cuando estoy a su lado.

— Me alegra que sigas viva, no te vi ayer en toda la tarde. ¿Cómo está Emiliano? —pregunta pasando su brazo alrededor de mi cintura.

Extrañamente que haya hecho esa simple acción ante los ojos de todos se siente increíblemente bien.

— Se peleó con un compañero al defender a su amiga, al menos ambos quedaron con algo roto y él está muy feliz porque siente que es un chico malo y piensa rayar su brazo enyesado simulando que son tatuajes —respondo.

Obviamente ocultaré la parte donde lo encontré llorando en su salón de clases diciendo que se iba a morir y que no quería irse de este mundo cruel sin decirme que realmente soy su hermana favorita. Mi hermanito no necesita que arruine su reputación de bad boy.

Jos me mira con una sonrisa, probablemente pensando en lo extraños que somos. Detallo su rostro una vez más: juro que podría describir cada detalle con los ojos cerrados por la cantidad de veces que lo he visto así de cerca, suspiramos simultáneamente lo que provoca un ligero rubor en mis mejillas.

— No se puede fumar aquí —digo al ver que en su mano descansa una caja de cigarrillos herbales.

— Lo sé, no es para mí —explica—. Estoy esperando a un chico, se supone hizo una compra con mi madre y debo entregarle la cajetilla en este punto, ya sabes, a veces soy el chico de los recados, como dice Jack Ross.

— ¿Quién es Jack Ross? —pregunto confundida.

— Juro por todos los astros que me sorprende ser yo quien lee literatura juvenil actual en esta relación.

— Leí toda la saga de Twilight —digo defendiendome.

— Una saga que está más cerca de ser del siglo XX que del siglo XXI —dice con burla.

— También leí After.

— Sí, no creo que After deba considerarse como una sana literatura juvenil.

Hago una mueca y el ríe para después besar mi nariz, lo acompaño un poco más pero finalmente termino despidiendome, al fin y al cabo somos compañeros de clase, lo veré más pronto de lo esperado.

AMOR X ACCIDENTEWhere stories live. Discover now